lunes, 31 de agosto de 2009

Davies Soledad




existe un silencio...

existe un silencio
alrededor de la palabra
protegiéndola
abrazándola
matándola


la búsqueda tiene pelaje de oro,
la salvación se esconde
cuando la noche llega


siempre...

siempre
la muerte
queriendo
dar un sueño
que no tenga salida

un poema

soledad, tu sombra se masturba


la inunda una tristeza...

la inunda una tristeza de anciano
de casa despintada
de recuerdo de muerto
la inunda como una canción tocada de memoria
lejos
lejos
una tristeza de muchos años

y la ahogada vuelve a pintar la casa


las manos...

.......................

Señores
por esta copa de vino he matado
escaparán todos por la misma tumba

por favor
no violes las reglas de los árboles
por ellos he matado

qué ha sido de la noche felina
para la Luz será un escándalo

espero el descanso de mis labios
espero blanca la frase del profeta
asustado ante los ojos abiertos

iluminada
guarda sus hijos secretos
en este tiempo de asesinos
muerte barata
quien no cree muere debajo de su cama
quien cree muere al sol
porque sabe que no hay dónde esconderse

diamante salado
por él he matado
he matado en todas las esquinas el viento
he matado la infancia de mi vientre
he matado por el verde musgo salvador
y es así como esta casa se cae a pedazos
en cada noche en cada vino del olvido
madre llorando la mujer perdida
hay que despertar al viento
derramar justicia sobre mi sexo
has visto el color de mis ojos
silencio

Nació en Comodoro Rivadavia, provincia del Chubut, en 1983.

En 2004 editó su primer libro Azzzabache por la editorial La Bohemia de Buenos Aires y El sexo de Dios en Ediciones Patagonia/Poesía

viernes, 28 de agosto de 2009

Méndez Bruno




arterias abiertas
nidos vacíos

el agua clavada en el alma

primaveras sin rumbo
abrazos sin luz

la soledad
este manojo de lunas
cuando amanece

.....................

un pájaro de agua en el agua
una esfera de luz
la pausa de tu aliento

volver la noche del revés
y encontrarte vacía

/borde concéntrico de la nada/

volver de noche a los rincones...

sabiendo...

tu vuelo me viste de hambre

........................

una tribu de pájaros amamanta la noche

se deshila en la lluvia
tu ciudad sumergida

el humo brota de las chimeneas
/ruidos mecánicos civilizan la nada/

la tarde es un pájaro con vértebras de tinta y alaridos
que se cristalizan en tu rostro

tu recuerdo es un pincel inválido

la lluvia
la lluvia
una tropa de silencios

la ciudad es un reto

el hambre hurga entre mis secretos
te poseo en los ojos

el peso de tu piel recorre el engranaje

una fiebre de gatos guarecidos me asalta

a gritos de guirnalda en la calle sin fiesta

soy una calle oscura en la ciudad sin ventanas

...............

una sangre

un signo
una voz vacío voraz
/perpleja la sombra/

del otro lado del grito
/la otredad descalza/
acorta el verbo respirar

retumba el sudor
cuando no calla dolor y hambre
/resuena/

la sangre
/una sola/la misma sangre/la luna

el signo
/uno solo/el mismo/el vacío

la garganta
que brilla

...................

es difícil
sostener las imágenes que emergen
del secreto cementerio que habitas

el espacio marino de tu cuerpo
en mi cuerpo de algas

no se despega la sombra de tus pies
las imágenes se marchitan celuloides en la retina
la sal del viento este
los rincones de tu piel
crimen de caricias calcáreas

tu voz
/cargada de peces a la deriva/

no se despega la sombra de tu piel
monstruosamente dulce

amanecen los barcos en el golfo
te busco entre los caracoles

el parto, la partida, es la misma
es difícil recordarte.
tu cuerpo, el invierno
almíbar de luz en la neblina


Vivo en Patagonia desde 1982, y aunque hoy estoy radicado en la localidad cordillerana de Trevelin, viví muchos años al lado del mar, en Puerto Madryn.
A los 14 años, en Puerto Madryn, me encuentro con el Taller Literario “Roberto Spencer” dirigido por Bruno Di Benedetto, al cual seguí asistiendo por varios años.
Participé como asistente de varios Encuentros Literarios como “Conversaciones de Otoño” (Trelew, 2001), “Encuentro de Escritores Patagónicos” (Puerto Madryn, 2003, 2004, 2007, 2008), Esquel Literario: Encuentro Nacional de Escritores (Esquel, 2006-2009) y en la organización algunos de éstos, en Puerto Madryn (2003) y en Esquel (2006-2009).
Del año 2000 al año 2003 coordiné talleres literarios junto a la escritora (“Panchi” Ocampo) y también de manera individual, en la Subsecretaria de Cultura de Esquel, la Dirección de Cultura de Trevelin y posteriormente en escuelas secundarias de Puerto Madryn.
También asistí a Ferias del libro como la de Bolsón en (2003 y 2007) y la de Gaiman en varias oportunidades.
Publiqué de manera independiente “Bardo” (1998, Edición Artesanal); “Rapsodya Púrpura” (1999, Edición de Autor), “Almas Azules” (2001, Edición de Autor con el Apoyo de la Subsecretaría de Cultura de Esquel) y “Postales del Silencio” (2007, Edición de Autor con el Apoyo de la Subsecretaría de Cultura de Esquel).

miércoles, 26 de agosto de 2009

Minieri Ramón



País de la Sal

Este
es el país de la Sal
el país de la sed

La sed
es un árbol sin párpados
de cornamenta blanca

Y del árbol de la sed
crecen
las varas de los rabdomantes

varas enhiestas
que despiertan manantiales
cuando piafan.

Este
es el país de la Sal

el comienzo
del comienzo de todas las aguas.


Mar Interior
1


Este mar
es de olvido -

repite cielos momentáneos
pero
silencia ruinas
pueblos inundados.



Aquí los ríos llegan cantando
como las cuerdas a la boca de una guitarra viva;

Aquí los ríos cesan
como los hilos de un telar que se detuvo;

Aquí
enclaustrada
el agua se libera
imaginando fábulas de nubes.


2


Este mar
no prosigue

baraja

edades desbordadas
tiempos de ancho retiro,
detenciones:

ahora
en el salón del Gran Hotel
charlan
las olas y los vencejos.


3

(En este cuarto durmió Perón
me dicen:

estas habitaciones
blancas frente a la Mar
murieron vírgenes:

nunca las conocieron
los fatigados generales nazis.)


Una última lámpara
arde una noche más

mientras las aguas
comienzan y comienzan.

Gran Salitral del Gualicho

Cuarenta leguas de cristal
un mar antiguo
cifrado por milenios de alambique

refulge el salitral
el relicario

sin sombra
sin un río
puberal -
ni promesa ni descuido.

Aquí la única palabra es el viento.

Y cuando el viento proclama un jubileo
de lluvia
es sólo un día:

víspera del barranco
del derrumbe
que hace aflorar un dinosaurio en ancas

y el cielo se lo monta.

Historia de la blancura

Vi el salar desde el aire,
es como un velo
de muselina rosa;

lo pueblan
me dijeron
diminutos crustáceos carmesíes:

por eso
en el salar aprenden su color
los flamencos.


Y vi las parvas
al amor del tiempo

donde la sal
las lluvias la desnudan,
el sol la abrasa con su abrazo.


Rosa
última de las eras
del planeta
del agua
de la tierra
de lo amargo

la sal
no nació blanca
no nació suave

sino aprendió
en perderes.

Última Sal

La sal
respira
y su aire

abre flores de cáncer morado
en el acero de las máquinas;

la sal
derruye su postrimería,
la torre de la tolva de molienda;

la sal horada los galpones de chapa
sin tocarlos,

seca tus venas,
sisa
las monedas de lata del emporio.


La sal
carcome a sus obreros:

ciegos y tísicos
añoran la salina,
sus muslos cada día socavados,
sus muslos duramente vírgenes cada día.


Calfucurá
o Anzoátegui
o cualquiera

la sal
cabalga el aire
y derroca sus propios imperios;

la sal
ultima a quienes la poseen.



Poeta y ensayista; vive en Río Colorado (provincia de Río Negro, Patagonia, Argentina). A publicado tres libros de poesía: Fábulas de Mutación (1988), Libro del Otro Reino (1982), Libro de los Últimos Días (1991). Están por editarse otros dos: País de la Sal (2006), y Las Piedras, el Agua (2008). También a publicado ensayos sobre temas históricos: Angela Carranza, sin culpa y sin cargo (Todo es Historia, 2003); Ese Ajeno Sur (historia de un dominio inglés de un millón de hectáreas en la Patagonia, Viedma, Fondo Editorial Rionegrino, 2006) y otros relacionados con los olvidos construidos en la historia argentina. Realicé trabajos de historia oral con pobladores de las sierras y vecinos de la ciudad de Córdoba. Actualmente está escribiendo poesías y estudiando temas relacionados con los mitos y los símbolos en la historia.

lunes, 24 de agosto de 2009

Suárez Ramón (Cacho)



Xáleshen

La misma mano
que troza la roca,
al rozar tus cabellos,
el cielo toca.

Yo,
el mismo hombre,
que hace obediente al potro,
que domina a las fieras
y respetan otros,
cedo mansamente,
al sentir tus caricias,
que con arrullos permanentes,
me llevan a un mundo de delicias.


No puedo,
si no,
quererte,
con toda mi alma,

mi dulce Xáleshen,
mi sol,
mi calma.



Lágrimas de hojarasca

Sonido seco,
golpe tras golpe...
acción que no da forma,
deforma...
vida de golpes,
abusando del corazón noble,
ya se fué
quien quizo derribar al poste.


Erguido,
levanta su vida;
se reconstruye,
busca una salida;
luchas divinas
ángeles y demonios
disputan al roble
sin lograr que se doble.


Veneno en la savia
recorre su tronco
resiste y se aferra
aún más a la tierra;
una y otra vez
levanta sus ramas,
enfrenta a los vientos
y tormentas del alma.


Un buen pastor
se para a su lado
lo abraza y lo llora
en su triste hora...
cae a sus pies,
acaricia sus lados,
lo observa y pienza,
¡Cuanta fortaleza!
elijo morir a su lado...


Paseo Gris

Lugar de juncos te llamaban
los primeros habitantes,
“Kokn” contento nadaba
En la laguna muy elegante.
El cisne, hoy no tiene hogar
esta vacío nuestro estandarte,

¿Qué espera el distraído gobernante?,
¿Acaso no tiene tiempo?,
¿O no es un tema importante?.
Hay que devolverle la laguna
a este pueblo pujante.

¿Hasta cuando se ofrecerá
al engañado visitante?,
que visiten al cisne
En su… ¿lindo parque?.

La población avanza
sobre su seco cauce,
ya no es igual a la que conocí antes,
Antaño, espejo de vida y paz,
Hoy, ¡ya vez!, muere en soledad.

Querido cisne de cuello negro,
yo sé porque tan alto vuelas!
¿Qué sentido tendría hoy volver…y morir en soledad

bueno...quienes han tenido oportunidad de visitar la localidad de Perito Moreno, sabrán de lo que hablo. Hace ya muchos años que nuestra querida Laguna de Los Cisnes dejó de ser el símbolo de este lugar...

Santos (el primero)
Se tomó de la herrumbrada agarradera de hierro y con un fuerte impulso subió a la chata. Ya llevaba un largo mes viajando, parando para acampar a la llegada del crepúsculo.
La motivación de Santos era tan grande como la inmensidad patagónica que lo rodeaba. La proximidad del invierno hacía que el aire helado se metiera hasta el fondo de los pulmones envolviendo el corazón con una gélida caricia.
Tomó las riendas y con un suave pero firme azote invitó a sus amigos a cabalgar.
El medio día sorprendió al muchacho con un sol mentiroso, pensó que no sería buena idea sacarse la campera, - ¡si me resfrío ahora tendré que parar unos días…y no quiero! - pensó.
En eso, mientras contemplaba el paisaje y tarareaba una ranchera, le llamó mucho la atención un cerro con la cumbre cortada; frenó, miró a su alrededor y se dijo… ¿por qué no?
Santos había decidido jugar su suerte al destino ahí, con su única carta disponible en su manga de emprendedor; establecerse allí y poner su comercio de bebidas, artefactos de uso casero, ropa y aperos para el campo.
Un amigo le había metido esa idea en la cabeza tiempo atrás y a él eso le había quitado el sueño varias noches. Obsesionado, no paró hasta tener todo listo para emprender este viaje; al fin lo había logrado.
Los paisanos de varias estancias cercanas serían sus primeros clientes.
- ¡Voy a comer algo primero! -, le dijo a Roy, su perro, mezcla de terrier y ovejero.
Buscó sombra en un gran calafate, hizo fuego y preparó su banquete que compartió gustoso con sus amigos perrunos.
- ¡Cómo te gusta el tocino frito, eh…Indio! - le dijo a su otro perro que barajaba artísticamente un trozo en el aire.
- ¡Un buen café ahora…y después…a trabajar!
Así Santos sin saberlo estaba siendo punta de lanza de aquella camada de primeros pobladores que se aventurarían al igual que él en búsqueda de un mejor porvenir.
Descargó por completo su chata, después de varias horas de ardua labor, tomó agua fresca y volcó un cucharón en su cabeza buscando así despabilarse y relajarse. - debo armar la tienda todavía… ¡carajo, estoy cansado! -
Sentado sobre un pequeño barril contemplaba extasiado aquel cielo atardecido de maravillosos colores. Indio gruñó y el tomó su colt. Un puma cruzó a escasos metros del lugar. - ¡Lo que me faltaba! Murmuró.
- Tendré que manear los pingos por si viene ese gato en la noche… no vaya ser cosa que los asuste y se me vayan al carajo…pensó.
La noche resultó mas tranquila de lo esperado. Torció su cuerpo de un lado a otro tratando de acomodar su espinazo. Las enormes distancias recorridas y lo escarpado del relieve habían hecho mella en su delgado cuerpo.
A principios del siglo veinte, el destino estaba escrito en su buena estrella para este paraje donde se estaba produciendo el primer hito de importancia en la historia de lo que luego sería una pujante ciudad.
Casi una década después, Santos contaba ya con una numerosa clientela.
¡Don Santos, don Santos!, interrumpe de pronto un jovencito que sin aliento casi, entró corriendo para avisar que venían muchas carretas en una caravana, lo que provocó la curiosidad de los parroquianos que allí estaban.
Era la gente que venía a realizar los primeros estudios para la instalación del ferrocarril patagónico que tendría base en Puerto Deseado.
El progreso con toda su arrogancia había llegado abruptamente, casi sin avisar. Al año siguiente se fundó allí un pueblo y tan rápido como el viento que sopla del noroeste, pasaba por allí el tren.
Santos, ajustaba su cinto mientras forzaba un pié sobre el zapato para meterlo. - ¡Hoy será una larga jornada! - dijo, y tomando su pipa del aparador recorrió el sombrío pasillo que lo conduciría al boliche. El rechinar de la portezuela de vaivén espantaba viejos fantasmas que aún moraban sobre el mostrador. Se detuvo frente al almanaque y sin pensarlo casi posó su mano sobre él, como queriendo transportarse en el tiempo, hacia los comienzos, era marzo de 1.934.
Estafeta Postal, Sub-Comisaría, Juzgado de Paz, Registro Civil, Oficina Enroladora, la Escuela Nacional Nº 8, un club de Básquet… que lejos había quedado su campamento, cerca de los calafates, hasta su boliche había sufrido importantes modificaciones, convirtiéndolo ahora en un destacado Hotel restaurante.
Una tarde, unos obreros perforando para sacar agua extraen Gas a tan solo siete metros, era 1946 y se iniciaba allí el desarrollo de esa industria.
-¿Qué me dice mi amigo?, ¡yo no lo puedo creer!, cuando llegué estaba sólo y con ganas de poner un bolichito y tirar un tiempo así ¿vio?... pero el tiempo se apuró tanto por estos lados…¡Si parece que el viento los trajo de todos lados!...en fin, ¡tómese otra!. - Santos y un parroquiano conversaban en la barra, un añejo y terapéutico ritual que servía para desgranar la realidad de todos los días.
El trazado de una ruta, con el tiempo iría reemplazando a las vías del tren, ¡increíble!, ¡tantas cosas!, ¡tan rápido!
- ¡Buen día Don Casimiro!, ¿cómo anda todo por ahí?, lo llamaba para pedirle una gauchada…necesitaría que me venda un rollo de loneta y unas diez camperas de esas que le compré la última vez… ¡sí!... se vendieron todas… ¡por Don Otto!, ¡Si hombre! Don Kramer no va a tener problemas…acá arreglo con él… ¡Bueno gracias!, ¡igualmente, que tenga buen día!
Santos llamaba a un proveedor, un viejo amigo colega de Caleta Olivia. Era 1.960 y se habían instalado líneas manuales de teléfono.
Santos no paraba, al igual que su pueblo que avanzaba en constante crecimiento, vivía cada hora de su día tan rápido como su cuerpo lo permitía.
Para 1.971, ya con sus cansados 68 años Santos partía mientras dormía, a otros lugares del infinito, quizás buscando un nuevo lugar para instalarse y quedarse para siempre contemplando como aquel pequeño caserío seguía avanzando sin pausa. Tal vez, de algún lejano lugar aún pueda sorprenderse sobre la barra de su boliche, mirando a través del ventanal de una nube, como sigue progresando la ciudad de Pico Truncado…

con esta sencilla obra traté de homenajear a los habitantes de Pico Truncado. Presentado en el 1° Certámen de Cuento Breve de esa ciudad santacruceña

Pa' no quedarse dormido

Se levanta el negro humo
y entre los cerros flamea,
enemigo inoportuno
de los campos y de la tierra.

La brigada voluntaria
se prepara para el combate
saben que los espera el monstruo
que está dispuesto al ataque.

Desde Perito Moreno,
se prepara la partida
y dejando la guarida
hacia atrás como una brisa,
"dentran" al ataque los PUMAS
entre llama y la ceniza...

con CALÁN a la cabeza
y con el fuego extinguido,
están en un fogón reunido
entre mate y carcajada,
queda atrás otra jornada
de aquel momento vivido.

Y después que ellos han comido
y sin hacer mucho ruido
como ellos no tienen prisa
a la "Guardia de Ceniza"...
¡están los PUMAS prendido!.

en homenaje a mis compañeros de la Brigada de Combate de Incendios Forestales "PUMA" de Perito Moreno, donde trato de describir sencillamente como es nuestra actividad...

Posadas

¿Por qué ando a la carrera
si me puedo detener,
a gozar de tu hermosura
con muchísimo placer?

He vivido mucho tiempo
desde que supe nacer,
con tus brazos me acunaste
pero pronto me marché

a buscar miles de cosas
y sólo una encontré,
ahora te pido "Posadas"
cobíjame otra vez

porque quiero tus caricias
de tus lagos a mis pies
y el silencio de tus tardes
susurrándome otra vez.

a la localidad de Hipólito Yrigoyen, que pronto volverá a llamarse "lago Posadas"


Ramon Alberto Suarez Pitoiset
Perito Moreno, Santa Cruz, Argentina
Presidente actual de la Asociación Crearte, Nació en Perito Moreno, provincia de Santa Cruz, Patagonia Argentina un 09 de marzo de 1.970, Edad: 39 años Casado; 2 hijos.

jueves, 20 de agosto de 2009

Ñancupe Mario




De OJOS SUREÑOS

A Teresa Rodríguez


Otra madrugada

El sol asomó en la ventana,
la mujer beso al niño en la frente,
salió a la calle como todos los días,
como todas la madrugadas.


En el puente, el reclamo
y rostros cubiertos la esperaban,
el humo no deja ver los gritos,
de bocas rojas, ensangrentadas.


Un sonido salto la zanja,
cortando una de las ramas
del árbol de la vida.
cayó de perfil, recostada,
en la tierra que la vio nacer una mañana.

En angostos pasillos del alba,
la cabeza sobre la almohada
tendrá sueños nuevos,
mientras otros llegan desde la otra sala.
Las existencias se abren paso.

Teresa volverá a besar al niño
en otras madrugadas.


A Cholo el amigo.

Los Chilenos

En sus casas de madera,
humeantes , tomando la once ,
observan el verdor de una esperanza
que se hace piedra.
Buscan un sueño incompleto
cruzando las montañas,
la mayoría trae el oficio de José,
otros las manos que sacaran los frutos
de los árboles ajenos.
Poco a poco sus píes danzando una Cueca,
se asientan en suelo,
mientras sus hijos corretean en la tierra
que al principio los ve diferentes,
pero al final los abriga en su seno,
como los abrigo a todos,
ahora son argentinos,
con el llanto y la sonrisa que siempre brota,
y un corazón grande que no se cierra jamás.



Piquetes


Trabajo, Trabajo, Trabajo
las voces se agigantan.
Voces de un ayer glorioso
voces que ya no están,
quedaron enterradas.. abajo.

Las hogueras nos dan calor
en estas noches frías
noches del desierto,
la luz del fuego llega lejos,
quema, pero no ilumina.

La esperanzas se unen
en un camino de humo,
que esconde la verdad
de los corazones oscuros.

DOS POEMAS INÉDITOS

A los veteranos de guerra

El Joven Patriota


Las ruedas devoran el camino,
los ojos llorosos quedaron atrás.
El paisaje extraño me susurra,
¡estas lejos de casa! -.

Saltar de los altos camiones,
respirar un poco de miedo
e incertidumbre en el rebaño
de caras desconocidas.

Soñar por las noches
con el calor del hogar.
La tranquilad
de la madrugada
se rompe con el tronar
de una trompeta.

El último viaje adolescente
me lleva a una trinchera,
donde espero impaciente
al enemigo desconocido.

El trueno de las bombas
sacude mis fantasías de niño,
mientras el general se duerme
después de beberse la séptima
botella de vino.

Volví en la madrugada,
cuando muchos duermen,
entrar en silencio
por la puerta de atrás.

Aun en la oscuridad,
la cálida mano me acaricia
y reconoce mi rostro
curtido por el frió.

Al pasar de los años,
una vos de mando me grita:
No te duermas Soldado,
es hora de seguir luchando
por un futuro glorioso-.


<strong>A la dignidad

Cualquiera


Cualquier que sea,
me vera entre la multitud.

Cualquiera que sea,
golpeará mi ya dolorido cuerpo.

Cualquiera que sea,
me apuntara con el dedo acusador.

Cualquiera que sea,
el tiempo me dará la razón.

Cualquiera que sea,
me encerrara entre las rejas.

Cualquiera que sea,
escuchará mis gritos:
-¡quiero trabajooo!-


Biografïa: Mario Ñancupe: nací en Cutral-Co, participé en algunas antologias. comencé a escribir en el año 2004. Tengo 44 años. profesor de computación, Economía y contabilidad.

Libros de mi autoria: "Ojos Sureños" (Poesía) Edit. Dunken y
"Extramuros, Cuentos y otros relatos" (narrativa) Edit. Dunken.

martes, 11 de agosto de 2009

Grandoso Ana



Colgada de mi cuello

De azul vestías el día que huyendo de tu vida te chocaste con la mía.

Y cómo huías, con qué fuerza.

Un día, cualquiera, pusiste en escena aquello de perder las llaves de tu departamento alquilado.

Las llaves, dónde están las llaves. Febril y reiterativa tarea de hurgar en todos los bolsillos, repasar cada uno varias veces.

Me agotaba de sólo contemplar displicente por no explotar en un grito y basta. En cambio, preguntar hasta cansarme ¿nadie tiene una copia de las malditas llaves?.

Ahora sé qué tipo de vivienda tenías en tu inconsciente, la misma, idéntica a las que se compraron, con el tiempo, tus hermanas,

Fue por eso que te chocaste con mi vida, porque habías corrido tanto dejando atrás tu propia vida que ya no podías seguir un metro más en ese vacío, sin identidad ni proyecto, como un robot ir a tal lado, a tal hora, llenar formularios, pagar cuentas.

Nunca aceptaste trabajar con horario fijo y encerrada entre cuatro paredes. El trabajo debía estar camuflado por unos cuantos cafecitos, cigarrillo en alto, en confiterías cálidas, cercanas a la editorial. Para ir de un lado a otro, siempre en taxi, a veces se justificaba por lo que había que trasladar para hacer esas fotos, aquí y allá.

Acomodar el trabajo, contratado, a la vida que se cree desear era un lujo, aún en aquellos años que tan dorados pueden recordarse ahora.

Te consta que trabajaba más horas cada mes y también traía más plata, cada mes.

Poco a poco fuiste administrando mis gastos, mis salidas, la calidad de mi ropa.

Buscaste, provocaste el choque con mi vida.

Debo decir que sé hasta qué grado te impresioné. Parece que era tal como habías imaginado desde la ensoñación del príncipe azul en adelante. Lo cual es decir mucho. No lo percibí entonces.

Pero de nada me hubiera servido. Tu decisión estaba tomada y quedé congelado en el clisé “mucha pinta y no la utiliza, buenazo”.

Me encontraste para colgarte de mi cuello y vivir allí, agazapada en el hueco de mi cuello, oliéndome la nuez y analizando por qué sube y baja y también el ritmo de mi respiración.

Te dejé que vivieras mi vida. ¿O que la diseñaras?.

Te dejé porque ilusionaba que nuestras ilusas coincidencias estaban bien cosidas, ¿con costura francesa?. Hoy diría que sólo hilvanadas.

La verdad es que nunca me puse a pensar en la costura, ni siquiera en si era útil que existiera.

Después de todo por algo será que chocamos. Así discutíamos, vos acomodada en mi cuello y yo haciendo todo lo demás. Discutíamos qué clase de vida llevaba, cuánto ganaba y por qué no más, cuál era mi estatura moral frente a mis compromisos laborales, por qué me obsesionaba con mi panza pero no hacía nada para reducirla.

Me preguntaba, cada vez que me bañaba, cómo hacer para enjabonarme esa parte del cuello siempre ocupada pero no me animaba a decírtelo. Hasta que tuve un impulso independiente y te arrojé con la espuma del jabón por el agujero de la bañera.



Patagones querido


La víspera del 28 de septiembre de 2004 los habitantes del pueblo de Patagones tuvieron una pesadilla, soñaron con la muerte, violenta, injusta.
La mañana de ese día se anoticiaban y no lo podían creer. Porque era demasiado. Está en la naturaleza humana negar lo que no se puede comprender.
El primer razonamiento defensivo que bloqueó las cabezas ante el horror (me estoy refiriendo a los tres adolescentes muertos y cinco heridos por parte de otro adolescente) fue “cómo pudo pasar en un pueblo tan tranquilo donde nos conocemos todos”. “Es inconcebible”, decían.
El segundo razonamiento defensivo, aunque saludable en un primer momento, que aglutinó también al pueblo al otro lado del río, fue “no permitamos el sensacionalismo de los medios de comunicación de Buenos Aires, controlemos lo que se dice, o se repite”, decían.
El tercer razonamiento, también defensivo, se abrió en varios otros buscando a quien cargar con la culpa: a la institución donde trabajaba el padre de Junior, la Prefectura, al padre en particular y a su hobby, practicar en el Tiro Federal, al ejemplo que habría brindado a su hijo, a los docentes.
Y la discriminación que podría haber sufrido Junior del entorno, tal vez por su vestimenta, siempre de negro, sus gustos musicales, sus pocas compañías, ¿colaboraron para que matara?
“En Bowling for Columbine (la película basada en un hecho similar en Estados Unidos), uno de los alumnos autores del desastre manifiesta que lo hicieron ‘para que escuchen a los chicos que se quejan porque otros los molestan’” (1).
Volviendo al hecho de aquí, la culpa cayó sobre los docentes de la escuela donde ocurrió, porque no actuaron. Aún se espera el fallo del sumario a siete docentes de la escuela por “responsabilidad institucional”.
¿Los docentes habrán pensado que pedirles semejante arrojo es inconcebible?
Lentamente algunos empezaron a cargarle la responsabilidad a la sociedad toda. ¿Cuántos creen íntimamente que todos somos responsables?, ¿cuántos creen íntimamente que todos somos responsables pero no en el mismo grado?
¿Cuántos se sentían molestos cuando veían marchar a los padres de los chicos asesinados cada 28 con un puñado de cincuenta personas? Y les decían: “¿Qué andan haciendo, otra vez empezó el show?”. Varios periodistas locales consultados coincidieron: “El caso está cerrado” (2).
El periodista capitalino que fue enviado unos días antes del primer aniversario de la tragedia, da por finalizada la jornada, agotadora de entrevistas, algunas harto complicadas para conseguir. Había ocupado un taxi toda la mañana para transitar por un pueblo igual a tantos otros de la provincia de Buenos Aires, ya que había recorrido las cercanías de la escuela del hecho, la comisaría, el hospital y las viviendas de los testigos.
Al pasar frente a la plaza de la catedral de las torres blancas, le dijo al taxista que allí se bajaba.
Ya en una esquina de la plaza sacó la pequeña cámara para tomar la vista del río y de Viedma con sus verdes sauces tempraneros. Se volvió para mirar la iglesia, descubrió la municipalidad y recordó que no había entrevistado a ningún funcionario. Lo descartó de inmediato al pensar que lo políticamente correcto que le diría un miembro del gobierno se lo sabe de memoria cualquier lector de diarios o consumidor de noticias por televisión.
Bajó por una de las calles con veredas en escaleras. Dudó entre hacer un recorrido por el llamado “casco histórico” en los folletos y una visita al museo. Optó por el museo. Acepto la visita guiada, era casi mediodía.
Sobre una mesa había una carpeta con reproducciones del pintor Alcides Biagetti.* Le asombró el cuadro repetido, casi obsesivo, a medida que pasaba y pasaba las pinturas, las asoció con pueblos europeos colgados de algún monte y las luces, algunas de siestas, a veces nubladas, ocres. Tapias, paredones sin revoques, patios que se adivinan detrás de los muros plenos de limoneros y gallinas que, a veces, cruzarían la calle, hacia abajo o hacia arriba, nunca en línea recta, o quizás algún niño, perro o gato ausentes en estos cuadros, silenciosos, como dormidos.
Otros teñidos de atardeceres rojizos, anaranjados. Literalmente un relevamiento pictórico, palmo a palmo, de las casas que se aferran a la barda. Se volvió hacia el empleado del museo que aguardaba en silencio, a prudente distancia, como esperando alguna pregunta, y le dijo si aún quedaba algún sector del pueblo donde se pudiera encontrar algo semejante a las pinturas.
Una señora estaba esperando para entregar algo al empleado mientras el periodista hablaba.
El encargado del museo parecía desconcertado, miró al piso. Entonces tomó la palabra la señora, dijo: Dos cuadras más arriba hay una calle que se llama Olivera, caminando hacia el norte, unas tres cuadras, en la única todavía sin asfalto y sobre la zona más alta de la barda hay un lugar que trae un aire, un ramalazo de ese Patagones, pero no se sabe por cuánto tiempo porque hace dos o tres años colgaron carteles de inmobiliarias de Viedma y ya están construyendo, reciclando una casa antigua en lo más alto de la barda.
Y siguió: Desde aquí, subiendo una cuadra, está la calle Mitre, el cruzar Bynon cambia de nombre, luego desaparece. Tampoco ésta tiene asfalto, es un pasaje entre los fondos de los patios de las viejas casas de arriba (calle Paraguay), de un paredón altísimo, asentado sobre la roca mora, se asoman enormes dunas que se le vienen a uno encima, al otro lado, tapias de las casas (los frentes en la calle Roca) que invitan a asomarse, cuatro metros abajo y descubrir un universo de habitaciones, dependencias, galpones cerrados y patios abandonados por cien años. Este pasadizo tiene un aire, ese aire. Se llama Alcides Biagetti. ¿Es una paradoja o fue intencional ponerle ese nombre?
A mí, de cualquier modo, me parece el nombre certero para el pasaje. Saludó y se fue.
El periodista decidió ir a almorzar al hotel y luego volver a la calle Olivera y al pasaje Biagetti, a la hora de la siesta.
A un año del hecho seguía imbatible el primer razonamiento defensivo: es inconcebible, decían, dicen.
“Lo que pasó no es de acá. Es algo que vino de afuera. No hay que olvidarse que el padre de Junior era correntino, no nació en Patagones”,dijo un vecino.”Su opinión expresa lo que muchos repiten o callan”. (3)
¿Sabrá el autor de este emblemático párrafo quiénes fueron o de qué “madera” estaban hechos los primeros pobladores de Patagones, o los que llegaron en 1782? Cualquiera, no los próceres de la Gesta del 7 de Marzo, ¿o cien años después en 1927?, ¿o en 1956? ¿o después del anuncio de Alfonsín?, ¿o el año en que vinieron del gran Buenos Aires los padres de uno de los chicos heridos porque suponían que Patagones era un lugar tranquilo?
El abuelo del joven que apuñaló al comerciante de Patagones, venía de Italia?, o de Rusia, Alemania, España? ¿De qué horror colectivo escapaba? ¿Sabrá el vecino quiénes fueron sus bisabuelos, de dónde vinieron?, ¿cuáles ejemplos de vida legaron a sus abuelos y padres?
“Mire, a veces deseamos tanto el progreso... ¡y por eso perdemos a la vez tantas cosas! Nos olvidamos de nuestra historia, que es el cordón umbilical que nos une a nuestras raíces.
A veces lamento que venga tanta gente de afuera -eso ocurre más que nada en Viedma- y nos perdemos en el tumulto. Perdemos eso que todos necesitamos en la vida: saber de dónde venimos”. (Emma Nozzi, reportaje por Pedro Pessatti, n.de.a:E Nozzi murió en 1999, precursora y directora del Museo Histórico Regional de Carmen de Patagones hasta su muerte).
Todo el país es de “afuera”, inmigrante, menos los aborígenes que perdieron “su lugar, sus raíces, su historia, su cordón umbilical”, a manos de los de afuera. Y ellos también huyeron de otros, usurparon tierras ocupadas (araucanos, mapuches, tehuelches).
Vivimos repitiendo mentiras que, a su vez contienen otras mentiras como las muñecas rusas (mamushkas).
Es inconcebible, vino de afuera, ya pasó, el caso está cerrado.
El primer razonamiento defensivo sigue incólume.


Hoy parece ingenuo pretender frenar o controlar la embestida de los medios de comunicación de Buenos Aires cuando quieren hacer “la nota”. La hicieron hace un año, por tv, radio y prensa y cuando se cumplió el primer año de “las heridas abiertas de Patagones” como tituló el diario Página /12 del 25/9/05.

Del tercer razonamiento fue desgranando una actitud reflexiva, un proceso que ha llevado a una parte de los habitantes de los pueblos de ambas orillas a la conclusión de que el hecho tan desmesurado, aterrador, es producto de la sociedad toda. ¿Cuántos íntimamente piensan así?
¿No es incongruente lamentarse de que venga gente de afuera en este país, en esta Patagonia, tierra de inmigrantes como pocas?
Es probable que Emma Nozzi se haya referido a la inmigración que vino a Viedma luego de la provincialización y que se benefició con leyes promulgadas con ese fin.
La identidad suma, se enriquece y se alcanza en la inclusión, por dolorosa, difícil y prolongada en el tiempo que resulte.
Los “de afuera” entran en nuestras casas pero no por la puerta sino por el aire, por la televisión y por internet y esto se tolera como inevitable.
Patagones no es una aldea de un cantón suizo del siglo XIX aunque Biagetti ya la pintó, para siempre, como si fuera.


(1),(2),(3) diario Página /12 del 25/09/05
* Alcides Biagetti, pintor autodidacta, plasmó un Patagones “casi colonial”. La Escuela de Arte lleva su nombre.


Ana Grandoso – Carmen de Patagones

Nací en Patagones. Me fui y volví, la última vez en 1979, para quedarme.
Antes de tomarme más en serio lo de escribir, hice otras cosas como tener hijos, militar en un partido de izquierda, en un sindicato, también hice teatro y colaboré en un par de cortometrajes.
Agradezco a las personas que me acercaron a la literatura y el cine en mi adolescencia.
La lectura y el arte en sus manifestaciones son imprescindibles para quien intenta escribir.

sábado, 8 de agosto de 2009

Díaz Vivi




TRANSFORMACIÒN

A medida
Que los años pasan
Voy perdiendo
Los grandes detalles:
Barro menos,
Limpio menos,
Creo menos…
Para ocuparme
De los pequeños detalles:
Amo más,
Abrazo más,
Hago más el amor
Río más
….
Será tal vez
Porque lo nimio
Hizo al simio
Lo grande
Al gigante
Dalila se separó
De Sansón


Y Dios
La transformò.


CUANDO UNA MUJER

Cuando una mujer.
….
Cuando una mujer
NO sonríe
Significa que ha bajado
Las persianas de la vida;
Que ha desandado los pasos
Que ha mirado el ascenso y el descenso
Que sintió una vez más frío
Y que nada la asusta.
….
Cuando una mujer
….
Cuando una mujer
Ha callado
Los suspiros han sido raptados
Por su almohada,
Llora en silencio
Ora a solas
Siente sola.
….
Cuando una mujer.
….
Cuando una mujer
Acaricia,
Solo acaricia
Y espera,
Es porque sabe que el dulzor
Del amor
Vence a las bestias,
Como la piedra
Derribó a Goliat.
….
Cuando una mujer.
….
Cuando una mujer
Medita
Es porque el sol,
Ha dejado de ser sol
Pero busca
Su refugio.
….
Cuando una mujer.
….
Cuando una mujer
Busca a Dios
Es porque se ha elevado
Y es parte de su reino.
….
Cuando una mujer.
….
Cuando una mujer
NO sonríe
HA callado,
Acaricia
Y medita
Es porque celestialmente
Ha asido,
Aprehendido
Empuñado
La vara de Moisés,
Esa que Dios
Para que otros crean
Transformó en víbora
Y demostró su poder…
….
(No se lo digas a nadie,
Hoy,
Al igual que en aquel tiempo
Algunos creen,
Otros se ríen,
Otros siguen su camino
Y muchos,
Al igual que yo
Apuestan
A que esa luz
Es la verdad).


COINCIDENCIA

Coinciden tres o cuatro versos
Con la vida
Coinciden tres o cuatro versos
Con tus besos
Coinciden tres o cuatro versos
Con los tropiezos
Coinciden tres o cuatro versos
Con los encuentros.

Entre las floreadas sábanas
Y el cobertor de raso
Todo coincide:
El intento,
El placer,
El amor,
El sueño.

La locura
Se ha apresado
De la luna
Y la pasión
Ahoga
Un frío intenso


YA

Ya a los cuarenta
La razón de vivir
Es trivial
Para dar lugar
A la razón
De sentir
Cual ángulo de cuarenta y cinco grados
En el que giran
Remotamente
El presente y el futuro
Deteniéndose en los
Instantes
Más felices
Rechazando
Lo inútil y banal.

Ya a los cuarenta
Tu filosofía
No es mi filosofía
Tus ojos
No son
Mis ojos
Y soy parte
De este mundo.

Ya a los cuarenta
Mis hijos
Son los hijos
De la vida
Y ejecutan
Su propio safari

Ya a los cuarenta
El oasis del pasado
Es remembranza
El edén del presente
Es sutileza
Y el bosque del futuro
Una gran batalla
Entre el ser,
El querer
El soñar
Y el lograr
De la mano de Dios.

VIVIANA DÌAZ. Naciò en Olivos, Pcia. de Bs As. Reside en Pico Truncado desde 1972.
Comprometida de alma con las letras ha escrito alrededor de 14 libros literarios y de investigaciòn "Apèndices estructuralistas", "lectura y comprensiòn de textos", "Comprensiòn lectora de textos argumentativos", "Indefectiblemente", "Mi vida sin ti" (de pròxima apariciòn) entre otros.
Es Profesora en Letras, ha efectuado especializaciones en Filosofìa del Lenguaje y Literatura infantil.
Actualmente ejerce la docencia, es miemmbro de ADET Asociaciòn de Escritores Truncadenses "Plumas al viento".