jueves, 25 de junio de 2009

Cacciavillani Diego



En la foto, Diego es el que está con la mano en la cara,fingiéndose serio




Fragmento de la novela "La criatura narrativa"

Capítulo 6
Del vidrio que pidió cambiar el loco porque le devolvía su imagen triste


Cuando se despabiló el amanecer, el loco se miró en la pequeña ventana que le daba acceso al mundo. La luz tenue le devolvió un rostro triste (Como todos los rostros cuando despiertan – Es cierto, todas las mañanas lo primero que hago es verte la cara y la tenés triste).
-Esa ventana me hace la cara triste- le dijo al caballo que permanecía recostado en el piso. El animal, algo dormido, contempló rápidamente la situación y contestó:
-Pedile a tu cuidador que te cambie el vidrio por otro que te haga la cara alegre-. Y volvió a dormir.
El loco tomó la sugerencia y llamó al cuidador con gritos desquiciados:
-¡Cuidador! ¡Cuidador! ¡Cuidador!
El hombre acudió inmediatamente, preocupado:
-¿Qué pasa? ¿Qué te pasó?- le preguntó agitado.
-Este vidrio me refleja la cara triste y necesito uno que me haga la cara alegre.
El cuidador quedó analizando el pedido. Si no cumplía, seguramente la existencia del loco en ese lugar se tornaría lúgubre. En cambio, si le cambiaba el vidrio, por más disparatado que esto fuera, quizá esa simple acción lograra darle un poco de felicidad.
-Muy bien, te traigo otro vidrio que te devuelva la cara alegre- le dijo y rápidamente se marchó.
Cuando el caballo despertó, el loco comenzó a preguntarle sobre Dios.
-¿Cómo es Dios?
El animal no sabía qué metáfora usar para explicar la existencia del Supremo y se decidió por afirmar:
-Dios es como un paciente en una sala de emergencias-. El loco abrió desorbitadamente sus ojos.
-¿Por qué? ¿Está grave?
-Algo así, mirá... ¿Alguna vez viste un microbio?
-No.
-Bueno, pero sabés que los microbios existen.
-Sí.
-¡A eso quiero llegar! Todo es cuestión de tamaños. Cuando un cuerpo está enfermo, la célula enferma va contagiando a las que tiene al lado. Este planeta es como una célula, la única célula viva dentro del adolescente cuerpo de Dios. El cuerpo de Dios es el universo, por supuesto.
-¿Dios está muriendo?- preguntó el loco desahuciado.
-Dios tiene cáncer y somos la última porción de su vida o lo que es peor... somos las últimas bacterias. O muchísimo peor, somos un virus letal destinado a destruirlo todo.
La explicación del caballo provocó una desilusión en el loco que sobrepasó con un llanto desgarrador. Mientras tanto, el equino por dentro iba riendo, comenzaba a disfrutar mortificarlo.
-¡No puede ser! ¡No puede ser!- repetía el demente, intentando con ese lamento cambiar la realidad.
***
El cuidador volvió con un vidrio y vio al loco sufrir en silencio, murmurando pesares, y le preguntó:
-¿Qué te pasó?
-El hijo de Dios me explicó cómo agoniza su padre- comentó el loco mientras señalaba al caballo que echado se lamía su pata sana.
-Igualmente- dijo el loco esperanzado –Dios es infinitamente bueno y nos va ayudar.
El cuidador no entendía nada y, sin querer, incrementó la duda con una reflexión.
-Si me permitís, ese razonamiento es contradictorio.
-El loco lo miraba sin emitir palabras.
-Digo, son dos categorías distintas. Por un lado hablás de la infinitud y por el otro de la bondad. Si la infinitud es extensión, debería penetrar por todo el espacio y por todo el tiempo, es decir, como decía San Agustín, Dios es el todo absoluto. Pero si Dios es un todo, cada uno de nosotros seríamos una parte de Él y si fuésemos parte de Dios, su pureza estaría manchada por nuestra naturaleza salvaje y despiadada. Si fuésemos fuera de Dios, entonces Dios no sería infinito sino que sería un ser extenso pero que encuentra su límite en nuestra existencia. Claro, si pretendés leer La Divina Comedia, descartá este principio.
-Al loco se le paralizaron los músculos, no había entendido absolutamente nada de lo que su cuidador había explicado, pero presentía que no era nada bueno.
El cuidador aprovechó el momento, entró a la habitación y cambió el vidrio. Luego se marchó sin saludar.
El loco se miró cuando el sol iba cayendo en el horizonte y el reflejo le devolvía una cara sonriente, feliz, viva... a pesar de todo.

Capítulo 7
De los diez mandamientos que el caballo predicó al loco

-Despertate- le dijo el caballo al demente, zamarreándolo abruptamente. Los párpados del loco titilaban por el cansancio.
-¿Qué pasa?
-Hoy es mi día.
-¿Qué día?
-Hoy es el día que Dios eligió para que vos escuches los mandamientos que Él tiene que expresarte por medio de mí.
El insano se sorprendió por la noticia. Finalmente confirmó su íntima convicción: era el elegido.
-Bueno, te escucho... -comentó ansioso el loco que se arrodilló debajo de la cabeza del caballo.
El animal se elevó unos centímetros del piso, captando la atención del insano que simultáneamente experimentó miedo y paz. Y se escucharon los mandamientos:

PRIMER MANDAMIENTO

El equino se convirtió en unicornio y dijo:
-“No matarás unicornios”.

SEGUNDO MANDAMIENTO

El unicornio se transformó en serpiente y dijo:
-“No echarás la culpa de tu duda sobre mi lomo”.

TERCER MANDAMIENTO

La serpiente comenzó a producir una intensa luz y se escucharon las palabras:
-“No matarás en mi nombre ni justificarás la muerte de otro por mi causa”.

CUARTO MANDAMIENTO

La luz se desvaneció lentamente dejando la cara de la muerte que afirmó:
-“No me tendrás miedo ni negarás que me conoces porque antes de nacer también estabas muerto”.
***
Luego apareció la cara del lector (USTED) que sorprendido de verse dijo: “Discúlpeme, me confundí de lugar”.
***

QUINTO MANDAMIENTO

Desde una diminuta grieta del suelo una planta comenzó a crecer y cuando florecieron sus pétalos, como si fueran labios dijeron:
-“Nunca más escribirás poesía en mi nombre, cursi de mierda”.

SEXTO MANDAMIENTO

Uno de los tallos de la planta se convirtió en la cola de una rata que emergió del piso y dijo:
-“¿Qué culpa tengo yo de haber nacido rata?”

SÉPTIMO MANDAMIENTO

De la boca del roedor fueron desnudándose dos manos pequeñas que parecían salir de un pozo y era el loco, en tamaño reducido, que dijo:
-“No me traicionarás”.

OCTAVO MANDAMIENTO

El loco se hizo lobo y dijo:
-“Tendrás en cuenta que el lobo es el hombre del lobo”.
***
El lobo comenzó a aullar y de su aliento emergió un mago de las 1001 noches que dijo:... literatura occidental ¡Qué blasfemia!
El mago se evaporó y desde una de las gotas condensadas emergió Virgilio que dijo:
-¡Está bien! ¡Está bien! Quise ser como Homero.
***

NOVENO MANDAMIENTO

De la espalda del poeta dos inmensas alas crecieron y su rostro mutó por la fisonomía del diablo (imagínese de acuerdo a sus convicciones), que dijo:
-“Aflojá con tu duda sobre Dios porque yo también desaparezco. Prometo no ser más el justificativo moral de tus acciones”.

DÉCIMO MANDAMIENTO

Luego apareció nuevamente el caballo que terminó de decir el décimo mandamiento:
-“No buscarás incoherencias en estos preceptos porque la razón sólo sirve como el papel higiénico que los científicos, intelectuales y otros yuyos usan para limpiar el culo sucio de la Creación”.
El loco memorizó todos los mandamientos y esperó lo único que faltaba para sellar su fe: el milagro.
...........................

Diego Cacciavillani: nació 26 de abril de 1979. Escritor y periodista que reside en Puerto Madryn. Escribe en el periódico El Extremo Sur de la Patagonia y conduce el programa "La naranja mecánica" de lunes a viernes a las 19 horas por Radio nativa, que se puede escuchar on line en www.nativa1025.com.ar.
Estudió letras en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, sede Trelew
autores que prefiere:
Homero (Ilíada - Odisea)
- Sófocles (Edipo Rey - Edipo en Colono - Antígona)
- Virgilio (La Eneida)
- Dante Alighieri (La Divina Comedia)
- James Joyce (Ulises)
- Franz Kafka (La metamorfosis)
- Juan José de Soiza Reilly (La ciudad de los locos)
- Martín Heidegger (Ser y tiempo - Tiempo y ser)
- Friedric Nietzsche (Su obra completa)
- Michel Foucault (Su obra completa)
- Alberto Laiseca (Los sorias)
- Juan Rulfo (Obra completa)
- Jorge Luis Borges (Obra completa en prosa)
- Flaubert (Bouvart y Pécuchet)
- G. K. Chesterton (El hombre que fue jueves)
- Miguel de Cervantes Saavedra (El quijote)
- Williams Shakespeare (Otelo)
- David Ricardo (Principios de economía política y tributación)
- Adam Smith (La riqueza de las naciones)
- Karl Marx (Manifiesto del partido comunista - El capital)
- Adolfo Bioy Casares (La invención de Morel)

1 comentario:

Anónimo dijo...

No podés poner a Marx!