miércoles, 24 de noviembre de 2010

Manceda Ana María




LA ABUELA ROSARIO

Crecí junto a ella, la abuela Rosario.
La vida nos trajo hacia tierras húmedas
rociadas, mojadas por gotas de plata.
Quedaron tan lejos los cañaverales
las zambas, los ritos, pequeños lagartos.
Quedaron las tumbas, fantasmales gritos
de guerras patrióticas, de indígenas sabios.
Quedaban...quedaban...todas las raíces
el trópico, la selva, los cerros
perfumes lejanos.

¿Qué trajo con ella la abuela Rosario?
Más que palabras evoco sus silencios
trágicos silencios, silencios de ausencias
y su mirada, tierra oscura de musgos,
doliente, sorprendida de ver horizontes.
Su olor a naranjos y su caramelo de menta
y el cigarrillo de chala que fumaba por semana.
Sus velas, sus santos, su fe inquebrantable.

En la gran cocina de la casa platense
ella esculpía, pintaba con sus manos mágicas
el aroma lujurioso, el sabor profundo, misterioso
de las antiguas, exquisitas comidas del Noroeste;
tamales, tortillas, locros, empanadas
ají molido, cebolla de verdeo, ternura
y una niña quieta que heredó nostalgias
mirando asombrada, como se amasaba
con las manos mágicas, repletas de historia
un destino errante.
Imágenes, largos cabellos canosos, peinetones
Imágenes, arrugas morenas y el tiempo
abuela Rosario. Está por nevar y no entiendo
al viento, a tu ausencia, ni a iconos olvidados
de la infancia.*************************
(En diversas antologías y páginas de revistas digitales)



EN LA NIEVE. Ana María Manceda ( En Antología “El color de las palabras” 2009)

La noche está allí, detrás de las ventanas. La nieve se refleja posada en las hierbas
y cuelgan las estrellas de las ramas heladas de los árboles.
Con solo estirar mi brazo, aún a través del límite de los vidrios
podría tomarlas para adornar mis ojos.
Si la valentía me sorprendiera abriría la puerta
y recostada en la hierba nevada
tomaría un baño de luz sonriendo a la noche con mis ojos adornados de estrellas
que cuelgan de las ramas heladas de los árboles. Pero sigo mirando detrás de las ventanas. Mi aliento, llanto de recuerdos empaña los vidrios. Me rebelo.
Rotos los vidrios estallan en la nieve, yo también, rota, estallada,
yo también en la nieve, me rebelo.***


QUEDÓ INVISIBLE EN EL AIRE. ANA MARÍA MANCEDA

Eran los gorriones, los tilos y los azahares de los naranjos
pisoteados en las veredas. Aljibe de olores.
Y tu juventud, y la mía y la de nosotros.
Era el brillo del crepúsculo de la luna llena, explosiva
instigando a las hormonas, provocando a las arenas de la playa
a reflejar su luz ya reflejada,
y se burlaban los cabellos brillando más,
y los dientes nacarados, impúdicos,
se mostraban descarados con las risas,
cuando el agua leona del río era un ancho desierto plateado.
Eran los asados en los elásticos de las camas turcas, los brindis,
y nosotros saltando en el aire con nuestras ilusiones
acariciando el cerebro.
Nuestras miradas titilando por un poco de humo en los ojos,
un compañero había llegado al principio del camino,
tenía un haz de arco iris en sus manos.
Era tu juventud, y la mía y la de nosotros,
chorros de vientos ocupando cada intersticio de la vida.
de esa ciudad, de esa época, de esa generación.
La sombra del hombre quebró la luz, no pudo quebrar
esas hebras de tiempo.
Aún, entre las tinieblas de los años, diviso el pasado.
Es la vida, la vida suspendida en el cosmos,
la piel de mis dedos quieren acariciarla, no puedo
sí mis otros sentidos, que deshilachan, navegan el tiempo.
Así, quedó transparente, invisible en el aire,
tu juventud, la mía y la de nosotros,
cuando el agua leona del río era un ancho desierto plateado.***

En Antologías y “ Diario de los poetas” Marzo 2010



EL CAMINANTE. ANA MARÍA MANCEDA


¿Qué es navegar por los copos de nieve?
Quizás uno busca en este viaje
algún ruido de voces
ante tanto silencio blanco
voces que lleguen desde el sol
o desde una cálida noche llovida de estrellas.
Ya me envuelve la fatiga del camino
por estos infinitos paisajes patagónicos
abriré mis manos
para dar mi brújula y mis nómades
tesoros.
Ahora debo guardar mis ropas y mis poemas
en el cajón vacío de tus medias
y después vender mi linyera
al caminante joven
a quien veré
marchar.

Publicado por GrupoNavegamicuento en 12:02


Ana María Manceda ( NACE EN TUCUMÁN.ARGENTINA Hace treinta y cuatro años vive en la Patagonia Argentina( San Martín de los Andes).Docente. Escritora. Coautora del “ LIBRO DE LOS CIEN AÑOS” En Octubre 2008 recibe 1º Premio en Certamen Internacional “ARTES Y LETRAS 2008” en narrativa por su obra “ DERRUMBE”. Editorial Novelarte. Córdoba ( Argentina). Integrante de REMES ( Red mundial de escritores en español) de SEA ( Sociedad Escritores de Argentina); DE POETAS DEL MUNDO y de WORLD POETS SOCIETY . JURADO DEL CEM( Centro Editorial Municipal de San Martín de Los Andes). Seleccionada en varias antologías nacionales e internacionales. Participa en diversas revistas literarias por Internet.
1.Es imposible nombrar a todos los escritores que me han marcado.Solo nombraré algunos; en Neuquén el Dr. Gregorio Alvarez, en San Martín de Los Andes el poeta Miguel A. Camino. Todos los escritores del “boom” Latinoamericano ( Carlos Fuentes, Vargas Llosa, Donoso, García Márquez, Cortázar etc); Galeano, Sábato, Abelardo Castillo, Saer, Piglia, Osvaldo Bayer, Borges, Murakami, Rulfo, Kundera Gógol, Nadine Gordimer, etc. Poetas; Octavio Paz, Mario Benedetti, García Lorca, Neruda, Jacques Prévert, Paul Eluard, H. Hikmet, Bertolt Brecht, Walt Whitman , Martí, Nicolás Guillén, Miguel Hernández, Antonio Machado etc..etc..

1 comentario:

Luis E. Ferrarassi dijo...

Hola, me gustó este espacio... es bueno vincularse con colegas de las letras... Soy de Río Gallegos y tengo un blog con mi cosas:
http://desertordelavida.blogspot.com

Saludos