lunes, 1 de febrero de 2010

Antón Diego Martín












Por la Boca y los Ojos se Muere




Encallé taciturno frente a su inhóspita rompiente,

el aire era fugaz entre dudas, la luna intermitente.

Deje en la arena fría mis huellas latentes,

trayecto de ilusiones que se hacen endebles.





Todo fue ira impulsiva seducción y remanso,

a veces el mar no suele ser transparente.


Ola tras ola, bofetadas inminentes…





¡Que destino el mío!

Temerle a la soledad,

ser un pez sin vertientes.





Me sangran las agallas

por ser apasionado e imprudente,

por dejar que la luna llena y su encanto

se adueñara como un fantasma.

De mi mente.





¡El mar no es otra cosa!

Que un espejo aparente.





La luna danza como sus señuelos dolientes,

el hambre busca saciar al hambre

y uno por la boca siempre muere.





¡El mar no es otra cosa!

Que un espejo aparente.




Exilios





Ostracismos endebles

fluyen incoherentes

desde mi alma,

asoman nuevos retos.

Tertulias sin palabras.





En el ego impulsivo

las razones atán,

elipsis de mi ser.

Déjà vu proclaman.



Blasón





Eje de mi vida,

circunstancias.





He vivido

de momentos.

Tinta derramada.




Cada letra escrita

me desnuda,

me desangra.





Salpicando


a mis silencios,

encierro propio.

Nostalgias.





Gotas de tinta

sin tintero,

pluma y espadas.





Este escudo

que sostengo.

Se desarma.





Tormentos

Busco en las chispas inoportunas
las tormentas mas claras,
mis manos son aguaceros
y al matiz esquivo
de un cielo incierto.
Señalan.

Nubes distantes giran entramadas,
rayos cegados por luces ceñidas.
Implosiones de cuerpos y almas.

Bailan las sombras distantes
bajo un desvarío ajeno,
momentos fugaces.
Para otras miradas.

La lluvia inminente
cala en mis ojos,
sus gotas yacen
en mis desiertos.
Descansan.

No hay barro ingobernable,
porque mis pies moldean
los pasos vivos de mi ayer.
Las huellas profanas.

Tormentas difusas
de mis tormentos,
nuevas y viejas.
Jactancias.

Seguiré buscando
la chispa adecuada,
en las bardas del silencio
en el vientos que me atrapan.

Dicen que después de todo tormento…
Nos llega oportuna, la diosa calma.



Eva



Regalarte mi costilla

y explorar tu mundo,

descubrirte mas allá

de los cuerpos desnudos.


Manzanas al cruzar

descalzos tugurios,

mordemos sin pensar

si nos será oportuno.


Almas y desmán,

fuego y sumos,

te declaro culpable

de enseñarme amar.

De este edén obtuso.


Verte caminar, sonreír,

maldecir,consentir,

vivir y soñar.

Es la mejor perdición

que pude haber obtenido.


¡Quien fuera a pensar… que una costilla!

Me regalara un mundo.

de mas,

gestos

sinceros.


Siempre

la humildad

nos lleva

por caminos

correctos.



Diego Martín Antón:
nació en Esquel el 11 de septiembre de 1979. Reside actualmente en Trelew.
Editó en 2008 Lunera (poemario) y en el 2010 tiene listo para editar Poetario
Blog Personal: http://www.antondiegomartin.blogspot.com/
Eluar, Girondo, Borgés, Buesa, Saramago. Son algunos de sus autores favoritos

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Querido Antón!

Gracias por recomenda este sitio. Lei tu libro lunera y tu blog es infernal. Te felicito por tu estilo conciso y limpio. Eres un gran poeta.

Enanuel Gª Melgar - Málaga

Anónimo dijo...

Me gusta mucho este autor, escribe sobre la realidad y muestra un estilo propio.

Encontre en su blog un mundo único de ilusiones y palabras.

Los felicitos por esta iniciativa.

Romina Jones