martes, 29 de septiembre de 2009

Póstumos- Andreas Madsen






"Cuando hayas vivido muchos días a cielo raso, sin más techo que el universo; cuando en el imponente silencio de la noche hayas contemplado los misterios del mundo estelar, tratando de sondear sus infinitas distancias, de descifrar el inmenso poder que todo lo rige al último detalle, comprobarás entonces que el razonamiento se detiene y es forzoso arribar a que "existe un Dios que gobierna a ese universo"...


Cuando te hayas visto arrebatado por la corriente torrencial de un río de montaña; o arrastrado del estribo por un potro indómito, o envuelto cerro arriba por rachas enfurecidas, perdida la senda y miserablemente acurrucado bajo piedra o árbol;
cuando tras la perspectiva segura de congelamiento o neumonía, te encuentres ileso una vez más, entonces empezarás a comprender que existe un poder ordenador sobrenatural, y que sólo eres átomo minúsculo de un minúsculo mundo..."
Fragmento de "La Patagonia Vieja"

El texto que continúa pertenece a un libro más desconocido que "La Patagonia vieja"; este libro se llama "Cazando pumas en la Patagonia" y conseguí una copia merced a mi amiga Alejandra Negrón, que me facilitó esta reliquia de familia

La cena robada

Una de las veces en que me he visto en más serio aprieto fué hace muchos años, mientras viajaba rumbo a la boca del río Santa Cruz.
De la Cordillera a la costa no había un metro de alambrado ni establecimientos de ninguna especie, de modo que había que viajar a campo traviesa. Me guiaba mi instinto marinero y mi equipo motriz se limitaba al montado y un carguero.
Llevaba ya cuatro días de marcha sin ver un alma. Había empezado a escasearme la carne, mi único alimento. Avanzaba husmeando el horizonte, en busca de caza. De sólo imaginar un guanaco o avestruz se me hacía la boca agua.
Al acercarme a un cauce seco, bordeado de mata negra, vi con alegría los restos de un avestruz que a todas luces acababa de morir víctima de un león.
No me detuve a pensar que el matador podría andar cerca. Estómago vacío es mal consejero.
Desmonté de un salto, con inconsciente tranquilidad, presumiendo, como me convenía, que mi proximidad habría alejado al puma.
Sabido es que el león sangra a su víctima como el mejor matarife, de modo que me dije satisfecho: "Aquí está mi cena" y me dediqué a cortar la presa.
Inclinado sobre el avestruz trozaba un pedazo de carne con fruición de "gourmet" cuando ocurrió algo extraño e incomprensible.
De repente, sin que nada hubieran percibido mis sentidos, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y con el presentimiento de que grave peligro me acechaba, giré rápidamente sobre mis talones y vi, con horror, a unos cuatro metros detrás mío, a una leona de respetable tamaño, agazapada y lista para saltar, balanceando la cola como un gato al acecho de un pájaro.
Lo que entonces ocurrió fué más rápido que el contarlo. Creo que con mayor agilidad que un puma, dí un salto, como si tuviera resortes y monté en mi caballo, que estaba a un par de metros. En la misma fracción de segundos la leona había saltado, cayendo justo en el lugar yo estaba agachado.
Me había salvado por el espesor de un pelo. Pienso que sería fantástico filmar una escena similar, si es que puede haberla: un puma y un danés acriollado pegando un formidable salto sincronizado en distinta dirección.
Hasta hoy no me explico cómo pude dar semejante salto, cómo monté a caballo ni cómo presentí el peligro. Lo cierto es que si no fuera por este triple milagro, a estas horas no estaría aquí, junto al fuego, al pie del Fitz Roy, contándoles lo ocurrido. Sin lugar a dudas hay un Dios que rige nuestros destinos y nos protege del peligro.
Tan pronto se me pasó el susto o mejor dicho la impresión, porque ya me había vuelto bastante guapo, miré a mi alrededor en busca de la leona. Se había escondido tras un manchón de mata negra y resultaba imposible localizarla como para hacer puntería.
Me acordé de los sabios consejos de Fred Otren, el taxidermista y buscador de oro. Desmonté rápidamente con el arma en guardia, me puse a barlovento y prendí fuego a las matas. Con ello obligaría a mi adversario a salir del escondite y presentar lucha. Monté nuevamente y quedé atento.
El fuego se extendió rápidamente por el resinoso matorral. El pobre animal, desesperado, se agitaba, negándose a salir al descampado.
Recién cuando el fuego lo chamuscó bastante se decidió y con un rugido de rabia y dolor emergió de entre las llamas en dirección hacia el lugar donde yo estaba, firme en mi caballo, apuntando con el fusil.
Elprimer balazo la volteó y así terminó esta historia y la de la leona.
Afortunadamente mi montado estaba muy bien adiestrado para el tiro desde la silla. Con el carguero eran mis favoritos para la caza del puma. No conocían el miedo y eran excelentes rastreadores, cosa rara, pues la mayoría de los caballos tienen terror a los leones, como ocurría con "Paloma", según hemos visto hace rato.
Sólo así se explica que pese a haber visto que el león se me venía encima, no se hayan movido siquiera. Si lo hubieran hecho, quizás me hubieran advertido del peligro, pero probablemente no había podido montar en la forma que lo hice.
El caso es que salí de la aventura enriquecido con un cuero de león y carne para la cena, que me supo a gloria...gloria bien ganada.
Sin embargo aconsejo a Uds. que cuando se decidan a robar comida ajena, averigüen antes si el dueño anda cerca.

EDICIÓN 1956- CAZANDO PUMAS EN LA PATAGONIA


Andreas Madsen nació en Dinamarca en 1881. Durante aquel mismo año Chile y Argentina concluyeron el Tratado de los Límites que establecía teóricamente la frontera entre los dos países a lo largo de la línea divisoria oceánica, el famoso "divortium aquarum". En aquellos tiempos la geografía de la Cordillera era casi desconocida. Cuando en 1892 los peritos designados por los dos países trataron de establecer concretamente las fronteras sobre el terreno, se dieron cuenta de que en la Patagonia no se encontraban ante una sola cadena montañosa con divisorias de aguas bien definidas sino que había diferentes cadenas divididas por valles transversales, cuyos cursos de agua desembocaban en parte en el Atlántico y en parte en el Pacífico. Se instituyeron entonces las Comisiones de Límites que tenían que relevar, ante todo, aquella complicada Cordillera. La obra de relevamiento topográfico fue realizada por chilenos y argentinos, principalmente entre 1894 y 1903.

Las comisiones se valían de ayudantes que lograban contratar para ese arduo trabajo siempre a la intemperie en regiones aisladas. En la comisión argentina, dirigida por Lodovico von Platten, encontró trabajo el joven Madsen. Había abandonado la miseria campesina de Dinamarca para embarcarse como marinero en un pequeño velero que se dirigía a Buenos Aires. Una vez en tierra firme quiso quedarse en Argentina y llegó a la región del Fitz Roy en 1901. Regresó al lugar en los dos años sucesivos y, enamorado del ambiente natural, decidió
establecerse, no sin volver una vez más a Dinamarca a buscar a su novia Fanny que fielmente lo estaba esperando y que sería su heroica compañera para toda la vida.

Inició la construcción de su estancia en 1906, en el valle del Río de las Vueltas, frente al Fitz Roy. Aquel monte representaba para él una síntesis de la belleza de la creación.

Contrariamente a otros pobladores, no eligió un terreno por lo propicio que podía llegar a ser para la cría de ovejas y vacunos sino por su belleza. Permaneció por más de cincuenta años en aquel lugar encantador aunque solitario; cultivó hortalizas, centeno y árboles frutales. Su vida, aunque rica en entusiasmos, iniciativas y
sagacidad, no fue nada fácil, al contrario, muy dura. Sus tres hijos, dos de los cuales se recibieron de guardaparques, murieron antes que él; sólo sobrevivió su hija que, por otra parte, se mudó a Buenos Aires.

Su estancia estaba situada en posición estratégica para el acceso a las cumbres de las cadenas del Fitz Roy y del Cerro Torre y así Madsen se encontró siendo el referente de apoyo para las expediciones. Les prestó su colaboración siempre con generosidad y "por amor a Dios y no al andinismo", como cita el escritor francés Saint-Loup, consejero militar en Argentina, luego de haber pasado por esos pagos en misión de exploración en 1951. El mismo Madsen, que escribió sobre la "Patagonia Vieja", sobre movimientos anárquicos y sobre sus expediciones de caza al león puma, nombró muy poco a los andinistas, algunos famosos, que se dirigieron a él.

Madsen era importante para los otros y no así éstos para Madsen. Su Patagonia era la Patagonia de los espacios, de la serenidad, del trabajo del campo. Podía amar al Fitz Roy sin necesidad de escalarlo. En homenaje al incomparable cerro le puso el nombre Fitz Roy a uno de sus hijos y a su estancia, a la cual los andinista muy a menudo llamaron simplemente Madsen.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Bernardello Niní



Aspiró este aire cobrizo de orín
y lluvia. Volvió al lugar de la tristeza.
Porque si hurgó en sus bolsillos
y encontró una nota de Vallejo
el de Santiago de Chuco
marcado en rojo al costado.
Estaba escrito así:
Hay ganas de no haber tenido corazón.


(PUENTE AEREO)


"Premonitoria"


Inconsolable mar escrito, detallado en su
espuma mínima, inconsolable mar atlántico
letra muerta, restringida, orlada.

Un ejército avanza extraviado
en un circuito de hogueras y gritos,
desde Ushuaia un guerrero atormentado
aguarda recostado en su nave.

¿Qué será mi voz entre esas voces
adolescentes?

Nacida entre montañas, mi mano toma
el gesto de las letras grabadas en el aire
y escribe
todavía
toda vida.

(MALFARIO)

Sostengo la cabellera

del mito, serpientes frías

enredadas, tóxico ondular.

No te acerques, corona

tu pie, tu espíritu

en aguas de sangre.




***





Piedra del corazón, dona

al ajo que maldice

la bruma de la mirada.


Cabellera y mito

impropio pasaje de aguas

circunvalación de escamas

y brillo de luna. Hipnótica

sostengo la cabellera

y cae el hacha doble

¿quebrará para siempre

mi despótica cabeza?


Nació en Córdoba, desde 1981 vive en Tierra del Fuego. Es poeta y pintora. Publicó: Espejos de papel, Ediciones Siriri, 1980, reedición en Nusud en 1994; Malfario, Editorial Último Reino,1986; Copia y transformaciones, Ediciones Tierra Firme, 1990; Puente aéreo, Ediciones Tierra Firme, 2001. La Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco editó su trabajo antológico: Cantando en la casa del viento. Poetas de Tierra del Fuego, Comodoro Rivadavia, 2001. Integra la antología Poetas mujeres de Córdoba 1960-1990 de Editorial Alción, 1994 y Abrazo Austral, Poesía del sur de Argentina y Chile. Ediciones desde la gente - Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, 2000.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Olave Patricia




En memoria

-¡No me lo quiten! Por favor, ¡no se lo lleven! No se lo lleven... Por favor, por favor...

Las lágrimas inundan la improvisada sala de parto.

-Yo sólo escribo de mi amor por él, que es mi amor por la vida y la libertad. Y no cometo más delito que soñar con un mundo mejor para todos... Se los ruego, no me lo quiten, mi esposo nos espera allá afuera...

La puerta se cerró sin que se oyera una sola palabra, sólo el eco de aquel llanto sin rostro y la última imagen que captara su retina, se tiñó de rojo.

Quizá

El verde de la botella sobre la mesa se refleja en el espejo y me envuelve.
Tomo un trago más y elijo la línea, la más larga.
Mis pupilas abarcan hasta el infinito y emprendo el viaje.

No me esperen. Quizá no vuelva.

Hace tiempo y allá lejos

Cortaré mis venas
con el filo de tus palabras
para irme en sangre
como un río,
y olvidar, por fin,
al tiburón mutado
en arco iris/esperanza
que surcó, hace tiempo y allá lejos,
el torrente de mis aguas.

A/sombrado

Un espejo quebrado
devuelve tu imagen
hecha trizas.

Fueron las palabras
cachetazo a mano llena,
triturando tu ser.

Sos la nada
recorriendo la vida
que te deja así,
a/sombrado...
desafortunadamente
sorprendido
y sin sombra...

...Con mi eterno recuerdo

Odio este rencor aguardentoso
que quema la garganta
y enrojece los ojos.

(Tambalean los pasos
en las salinas)

Uso los últimos puñados de llanto
para quemar mi carne
y alimentar
bajo un sol perpetuo,
mi venganza
silenciosa.

Sólo queda un rastro de mi sangre
y te maldigo...

Esta noche


Esta noche no las detendré.

Mis manos trabajarán la tierra
para encauzar
los chorrillos congelados
de mi esencia.

Las dejaré vagar
por la planicie de mi vientre,
las dejaré escalar mis cordilleras
para humedecerse con la nieve
que discurre en sus laderas.

Esta noche no las detendré.

Dejaré que me sometan
a su antojo,
dejaré que me recorran
sin tapujos.
Serán dueñas absolutas
de mi paisaje desnudo.

Y beberán del manantial de mis deseos
en el momento exacto
en que me libren de este yugo.



Ecdisis



Se deslizaba
zigzagueando sugestivamente
por la humedad del lugar.
Reptaba sin opción,
inconsciente del peso
que caía sobre ella
por haber tentado a la mujer nueva.
Arrastrada
por una natural necesidad
de liberarse de su piel,
pasado escamoso
que la envolvía.
Era tiempo del exilio,
de salirse de esa patria muerta
que la contenía
y la asfixiaba.

Sin resistencia,
ante el momento
que llegaba
y que ansiaba
se restregó entre las piedras,
se enroscó
una
y otra vez
hasta dejar su piel atrás.



El despertador, como una diana,
la sacó del sueño.
A su lado, una silueta enjuta,
calco de su cuerpo,
yacía inerte.
Se levantó ligera,
enfundada en una piel nueva,
y salió al mundo,
contoneándose astutamente
en busca del fruto prohibido,
de la ciencia del bien y del mal
como tentada por la serpiente.



Nací hace 31 años en Perito Moreno, Pcia. de Santa Cruz. Soy mamá de una niña de ocho años que se llama Violeta.
Mi madre, mi ejemplo, ha sido quien me regaló el gusto por la lectura. Y de mi padre, he adquirido la facilidad para la música.
Entre los 14 y los 17 años aproximadamente, fui parte del grupo de trabajo de una de las primeras radios de frecuencia modulada de la localidad, haciendo locución en un programa que ocupaba horario central dentro de la programacion.
Por mucho tiempo fui parte de comisiones organizadoras de distintos eventos culturales, entre los que puedo mencionar el Festival Nacional Cueva de las Manos, en su vuelta al ruedo después de varias ediciones perdidas.
Ademas, soy manualera y hago algo de música.
Comencé a escribir en mi mas temprana adolescencia. A los quince años fui ganadora de un certámen de poesía que fuera organizado por el Colegio Secundario de la localidad de Los Antiguos, con un poema relacionado con el aborto.
Luego, durante muchos años, no hubo producción. Volví a escribir en 2006, pero siempre para mí y por mí, como una especie de terapia, para aliviar dolores y parir esperanzas.
Hoy, soy parte de la Asociación Crearte, y desde ahí fui alentada a mostrar lo que hago, y que es ésto que hoy les comparto.

martes, 15 de septiembre de 2009

Mellado Silvia





Herencia

Nos dejaron
por herencia
la idea de que todo pasado fue mejor
de que nuestras malas letra de rock
les arruinan el lenguaje que
sólo se decían en la intimidad.
Me achacan que no planche las camisas
con la misma inquietud
con la que se admiran
de que me acuesto ilegalmente
y no uso cancanes
cuando hace calor.

Ya hubo otras locas
que supieron suicidarse
o morirse
de sobredosis,
hasta las muertes están inventadas,
ni en la Patagonia desértica
podemos tener un gesto
innovador.
Ninguna presidenta como la gente,
maestras normales
pero amantes de Sarmiento,
malas costumbres
contemporáneas
criemos hijas
con resentimiento
pero en tiempo y forma.

Balneario Municipal

Los bañistas
dispersan sus cosas
mientras el niño pisa
varias veces el suelo
probando su resistencia.
Dejo el carozo del pelón
al costado de la lona.
Su color de lápiz labial
o de piel lastimada
contrasta con el azul del río
y el verde de los árboles.
El contrapunto se debe a que está
sobre la tierra marrón
y las piedras grises.
Este lado de la playa
es la foto sepia,
la otra
empieza en la orilla.

Ese carozo es parte de mi cuerpo
lo dejo en exhibición esperando
que nadie lo entienda.
No lo tapo con ninguna prenda íntima.
No me avergüenza
que esté ahí
posando para todos
que sus grutas
y curvas
se vean más rosadas
en el fondo
y estén húmedas
porque fueron chupadas.

Autofagia

La sensualidad de la pollera
que se sube por mis piernas
o la punta de la bota
presionando el botón
de la aspiradora...
a determinadas horas del día
en que me miro y me quiero
soy la cuñada de Onán
o
sobre todo
Onán.

Plaza Moreno Estación Zapala

Camino por mi ex barrio de mi casa
sin moverme del banco
de Plaza Moreno.
En off una vieja canción de Los estelares.
Ya casi ni veo las montañas
pienso en una guerra civil
para quemarme así
volar así
hasta la punta sacra de la catedral,
casita de cura morboso,
depósito y desfile del falso
arrepentido.
Arde
la catedral se quema
se vuelan unos cuantos
sueños
por culpa del viento
que acá no corre
pero que llena lo mismo
de tierra los ojos





Silvia Mellado nació en Zapala pero vive en Neuquén capital desde el 2006. Es profesora y Licenciada en Letras por la Universidad Nacional de la Plata. Su primer libro de poesía, se llama CELULOIDE. Su segundo libro es ACETATO y está en proceso de edición.
En este momento trabaja como docente, también integra un equipo de investigación (textos transgresores) en la Universidad Nacional del Comahue. Ha participado en varios congresos con trabajos críticos o textos de creación. Dice que hoy las mejores novelas que ha leído son EL ZORRO DE ARRIBA Y EL ZORRO DE ABAJO de José María Arguedas y EL PASADO de Alan Pauls. En poesía hay una lista interminable de poetas que le apasionan, entre ellos Bustriazo Ortiz, Ana Cristina Cesar, Ricardo Costa, entre otros. Contrario a los dichos populares, Silvia todavía se asombra que la carrera de letras no le haya sacado las ganas de escribir.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Iglesias Silvia





I.

Desconfiá -dijo Antonio-
de la poesía en la prosa
entonces confié
en la prosa de la poesía.


VI.

Cuídate de mí
que ando dura y espinada
como las ramitas de piquillín

cuidame de mí.


IX.

Él conoció a su papá
a los trece
charlamos más de dos horas
y todavía falta -dijo-
no se puede contar
toda una vida
en un rato.


XIV.

Hay animales que no me gustan

ellos no han dicho nada
todavía de mí.


XXVI.
a mi bisabuela Josefa Azcune Azpeitía

Tus ojos no pueden traducir el paisaje
atrás queda la ciudad
el tranvía
Antonia, la cocinera de Alfonso XIII
Versolari
y tu mamá

acá es necesario entender
qué está diciendo el viento
la aspereza del jarillal
Josefa planchadora al brillo
no puede con las arrugas de la tierra

por qué habrá venido
se pregunta la hija

vino -le digo-
porque acá nos soñó

a todos









Silvia Iglesias es escritora, profesora en letras, periodista, organizadora de eventos culturales. Nació y vive en Puerto Madryn, Chubut, Patagonia Argentina. Creó y codirigió el suplemento cultural "Tinta China" del diario El Chubut. Con su primer libro de poesías, “Cuerpos Perfectos” ganó el Primer Premio del Encuentro Nacional de Escritores Patagónicos 2005. Las críticas publicadas en las revistas Ñ (del Diario Clarín), Plebella (especializada en poesía) y el suplemento Radar (del Diario Página 12), junto a las de reconocidos escritores, destacan el estilo y la voz personal del libro.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Etcheverría Baleta Mario









“En la gran nevada del año 1978, las máquinas viales despejaban la ruta Nº 3, en la zona de Lemarchand, ayudando a quienes osaron largarse a la aventura en la que podían perder la vida: En un bajo, la máquina tocó algo, buscaron con cuidado. Se encontraron con un Fitito rojo, que estaba totalmente tapado por la nieve y adentro un hombre sobreviviendo. Se trataba de un viajante de comercio que vendía medias, el que para aislarse del frío, se había envuelto totalmente como una momia, con las medias. Eso le salvó la vida. Pasado el susto, recuperado él y su vehículo, un diario tituló la noticia como: ‘Salvado a medias’.” (pag.26-27 del libro “Anécdotas viales” Ed. Del autor, 2007).

La de atrás pierde.
“Santiago Perkic se caracterizaba por su lentitud al manejar, lo que le valía siempre algún chiste o cuento, que gentilmente le inventaban.
En el Calafate no había venta de cubiertas, por lo que cada camionero cuidaba al máximo las suyas y cuando se reventaban, la solución era ponerles un manchón abulonado para que tire un tiempo más. No se conocían los infladores automáticos no había gomería. Cada uno hacía gimnasia con el inflador manual.
Circulaba un día Perkic por la calle principal, cuando Nuno Mancilla lo paró, quien mirando la rueda trasera izquierda le dijo: -La de atrás pierde. Perkik, se bajó lentamente, tal vez pensando en el trabajo de desarmar, parchar, armar y volver a inflar…Se acercó a la rueda, no la notó baja, pero, aún así, arrimó el oído a la cubierta para escuchar si había pérdida y convencido de que no estaba pinchada, con una sonrisa, le dijo: -Te equivocaste Nuno.
A lo que Nuno respondió: -La de atrás pierde, le está ganando la de adelante.”
(pag. 56 del libro “El Calafate – Humor Chacarero” Ed. Del autor, 2006)

La Guanaca Cantora

“ En el paradero I KEU KEN, a orillas del Lago Buenos Aires, había un asentamiento importante de Chonkes, entre los que se destacaban los ancianos, que permanecían allí sin participar en las largas y cansadoras cacerías. Ellos ya habían dado todas sus energías a lo largo de la vida y esperaban pacientemente el final. El futuro era de los jóvenes.
Una mujer de edad, llegó con la novedad, de que en el filo de la meseta, había visto y oído cantar a una guanaca.
Causó sorpresa tal novedad, a lo que un Chonke dijo: -¡No puede ser! ¡Esta mujer está loca! ¿Cuándo han oído que una guanaca cante?
-Yo no miento ni estoy loca, digo lo que vi y oí.
-Si me dijeran que es un guanaco, lo creería, ya que puede confundirse el relincho con el canto. Aseveró el hombre incrédulo.
-Canta al amanecer. Aseguró la mujer, sin preocuparse de la opinión del interlocutor.
-Lo creería si lo veo. Concluyó diciendo él.
-Los invito a subir esta noche la meseta, para estar al amanecer allá y comprobarlo. Indicó ella.
Varios curiosos decidieron acompañarlos y partieron faldeando la empinada cuesta, encabezados por la mujer.
Llegaron muy tarde al lugar y acamparon esa noche esperando la salida del sol, echados de panza entre los pastos para no asustar a los animales.
Desde los dormideros de los faldeos, comenzó a avanzar la tropilla de guanacos hacia lo alto de la meseta. Una guanaca se ubicó sobre la prominencia de una roca, alzó la cabeza y con voz estridente comenzó a emitir su canto, ante el asombro de los Chonkes.
-¡Vieron! Yo no miento ni estoy loca. Ustedes la vieron y la oyeron. ¡Esta guanaca canta al amanecer!
La gente no salía de su asombro. Se quedaron largo rato mirando el faldeo por el que bajaban los guanacos hacia la orilla del lago, hasta verlos pequeñitos.
Regresaron a los toldos y comentaron a todos lo que habían visto y oído.
Desde entonces y por mucho tiempo, los amaneceres fueron anunciados por el canto de la guanaca.” (pag.21-22 del libro “Cuentan los Chonkes-leyendas patagónicas” Ed. Del autor, 2004)

MARIO ECHEVERRIA BALETA

Nació en El Calafate y pasó parte de su niñez en el campo, próximo al Glaciar “Perito Moreno”, dibujante técnico y topógrafo en Vialidad Provincial durante quince años. Otros quince años pasó al frente del Museo Regional “Padre Manuel J. Molina”. Realizó las únicas protecciones que existen en Santa Cruz, del arte rupestre, en las cuevas de Punta Gualicho y Cueva de las Manos Pintadas (Hoy Patrimonio de la Humanidad).
Investigador y escritor, especialmente acerca de la Cultura Tehuelche, sobre la que publicó varios libros. En la actualidad continúa escribiendo y dando a conferencias sobre temas patagónicos. Fue declarado “Ciudadano ilustre” de Río Gallegos y sus libros “De interés Municipal”. Tiene publicaciones en Braile y obras publicadas en inglés y en italiano. Ha tenido premios regionales, nacionales e internacionales. Es miembro fundador de la S.A.D.E.S.S.C. y de la A.E.S.C.
Socio Vitalio de la Sociedad Argentina de Escritores Seccional Santa Cruz, Presidente
De la misma desde 2009-2011.
OBRAS DEL AUTOR: “JOIUEN TSONEKA” (Leyendas tehuelches) Dos ediciones; “TOPONIMIA INDÍGENA DE SANTA CRUZ” Cuatro ediciones; “KAI AJNUN” EL MILENARIO ARTE TEHUELCHE DE LOS QUILLANGOS PINTADOS. Dos ediciones; “LA MOMIA DE CERRO GUALICHO”; “CUADERNILLOS DE LEYENDAS TEHUELCHES” 10 títulos; “VIDA Y LEYENDAS TEHUELCHES” (Leyendas Mitológicas) Tres ediciones; “CUENTAN LOS CHONKES” (Leyendas); “KOONEK” (Leyenda del calafate) Ilustrada; “RAIZ FOLKLORICA DE LA PATAGONIA” Dos ediciones; “TALES THE TEHUELCHES TELL” (Legends); “TEHUELCHE LIFE & LEGENDS” (Mythological Legends); “LEGGENDE TEHUELCHE DELLA PATAGONIA”(Italiano); “VIDA Y LEYENDAS TEHUELCHES” En Braile; “PATAGONIA SUR” Cuentos; “EL CALAFATE” Humor Chacarero; “ANÉCDOTAS VIALES”;"Amor doscientas veces" edición de autor-2008
Participación en Libros: “FOLK LITERATURE OF THE TEHUELCHES INDIANS” Universidad de California, Los Ángeles, EEUU.; “BREVARIO INDÍGENA” Léxico Castellano-Tehuelche, con 1400 palabras traducidas al Chonke, publicado en el Libro del Centenario de Río Gallegos, 1885-1995, de Juan B. Baillinou; “BREVARIO INDIGENA” Id. Al anterior en “DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO ARGENTINO, HISPANOAMERICANO Y UNIVERSAL” editorial Atlántico Sur; “SANTA CRUZ TIENE FOLKLORE” En el libro del IIº Festival Austral Nacional del Folklore. Pico Truncado; “POEMAS” Antología de poetas. Río Gallegos. 1960; “ESPIGAS DE SUEÑOS” Montevideo. Uruguay.1962; “ANTOLOGÍA DE ESCRITORES” Río Gallegos, Primer Centenario, Edit. Por S.A.D.E. Filial R. Gallegos; “PATRIA GRANDE” Ed. Plus Ultra; “TOPONIMIAS ILUSTRADAS DE SANTA CRUZ” Del dibujante Neuquino: Efrén Álvarez; “NUESTRAS RAICES” De Aníbal Mario Améstica; “SUPLEMENTO PARA 4º GRADO” Ed. Estrada; “GUIA DE TURISMO DE SANTA CRUZ” 1981; “CUENTOS INFANTILES” Universidad Federal de la Patagonia austral; “POESÍA Y CUENTO” Concurso Nacional 2002, Asoc. Para la Cultura “Manuel del Cabral”. Homenaje a Julio Cortázar. Antología; “ECOS DEL 2000” Antología “POETAS Y NARRADORES ARGENTINOS”, AÑO 2001, A.D.E.A.; “NOUS ETIONS ENFANTS EN PATAGONIE” Récit Jean Chenut, Bélgica; “ANTOLOGÍA DE ESCRITORES DE RÍO GALLEGOS 2002”, “LEYENDAS DEL MUNDO”, Universidad Católica de Chile; “EN VUELO”, Revista de Austral-Aerolíneas Argentinas; “LA REGION”, Reporte Turístico Patagónico 1998; “TIEMPO PATAGÓNICO” Notas mensuales (Revista); “JOIUEN GÜENT” Texto escolar; “RAICES Y ALAS” Texto escolar; “PATRIMONIO CULTURAL LATINOAMERICANO” 2003-2004; “NUEVO SER” Narrativa. 2004. Antología; Participación en Diarios, Revistas, Folletos, Cartillas, Obleas, etc. Ilustración de libros. Tapas. Prólogos. Participó en el programa cultural radial “Aónikenk” por L.U.14 dando a conocer los topónimos y parte de su obra literaria.
Premios: Locales, regionales, nacionales e internacionales; por narraciones, cuentos, poesías, y Poesía Ilustrada. Premio por Trayectoria. Título de “Ciudadano Ilustre”; “DESTACADOS DEL AÑO 2000” Pcia. De Santa Cruz; “VISITANTE DISTINGUIDO” Municipalidad de Nueva Esperanza e Instituto Docente, S. del Estero; “FAJA DE HONOR” A.D.E.A.; RECONOCIMIENTO DE OBRA: Libros y Publicaciones declarados de “Interés Municipal”; Libros declarados de “Interés Educativo” por el Consejo Pcial. De Educación de Sta. Cruz; Miembro de S.A.D.E. (Nacional y Provincial); Miembro y colaborador de varias instituciones de bien Público; Colabora con Jardines, Escuelas, Colegios, etc.
Dossier elaborado por Ana Elisa Medina

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Uribe Andrade César Luis




NO ES EL TIEMPO

Justo cuando
aún no es el tiempo
el azul verdoso
tapiza con nieve el verano.

Justo cuando
aún no es el tiempo,
desgarra un grito a la vida:
no es un concierto, una sinfonía
(es un Angelus).

Justo cuando
aún no es el tiempo,
llega la mano criminando el norte y el sur.

Y el incrédulo cuello no tiene preguntas.
Alcanzando una nube, se cuelga del cielo,
como si hiciera del cuello una soga,
pero
canta
mucho
antes
del
intento.


CANTO A LA MUJER CHILOTA
(a Neddiel Muñoz)

Canto a esa mujer
que a punta de gualato cosecha la vida,

Canto a la que desgrana las olas
para que hierva la esperanza.

Canto a quien teje con huso y telar
la trama protectora de su vientre.

Canto a la que canta su raza
para que cantemos el ayer del mañana.

Canto su fertilidad de pensamiento,
canto su fortaleza de bregar en lecho bravío.

Canto por esa sangre erguida
con banderas soñadoras.

Canto porque enfrenta a Dios
o la Naturaleza
y vuelve a empezar
después del golpe artero
que no la silencia.

Canto por si faltan fuerzas
para seguir cantando.

Canto para que su canto
siga trayendo las lluvias milenarias
desde el útero fecundo
y reviente en flor después del otoño.


ERRATUS FUNDAE

Ay, río, río;
no río,
río,
río...

Caudal de historias infinitas,
incesantes,
monótonas,
fuiste penetrando todos nuestros orificios.

Naces en el Lácar, allende Los Andes,
como el San Pedro de aguas verdes;
azules en el Calle-Calle,
malolientes en el Valdivia,
(desde que no fue Ainilebu)
grises en el Cau-Cau,
libertarias en el Cruces.

Hacendoso,
diverge y converge
dragando nuestras vidas hacia el inicio.

De cordillera a mar siempre,
nunca de mar a cordillera.

Ay río, río
siempre contrariado.
Ay, río;
dos veces río;
no río:
San Pedro de Alcántara,
San Sebastián de la Cruz,
San Carlos,
y hasta la mismísima Pura y Limpia
Concepción de Monfort de Lemus
impiden el camino inverso...

los peces en nuestra mesa.

HIJA DEL SOCAVÓN

Intento llevarme el carbón húmedo
del brasero de tus párpados,
me calmas
esta urgencia
con una sonrisa imaginada
por mí,
sólo por mí
a través de tu aliento entrecortado
que destruye
mi registro
de tu dulzura de aprendiz.

AL FINAL

La esperanza negra
de la negra luna
brilla
en el oro negro
para morir con la luna blanca de la noche
desde que el blanco
le arrebató el negro
a nuestros sueños.

MURIÓ LA MUERTE
(a Lota eterna)

Aún se huele en el viento
la flor negra como entraña de la noche.
Aún llora el pueblo
la muerte de sus muertos y de sus muertes.

Tanta historia en el vientre de Chile,
en el ahogo de sus aguas:
no se oye el silencio
ni se ve la noche.

Ningún sentido sirve
aquí,
abajo,
aquí
donde murió la muerte.


MUERTE DESPIERTA

Madre erguida,
siempre resistiendo en arcos centenarios
como si supieras que la roca
será la cobija del hombre.

Te dejas querer,
moldear por la esperanza
para que el futuro
extraiga tus pétreas fibras del pasado
en forma de calor negro,
de negros sueños
negra esperanza,
luminosa como tus brillos,
ardiente como tus ansias.

Y allí permaneces
roca-madera,
ansiosa del cariño del hombre
celosa madera-roca
del cuidado de tus hijos.



César Uribe Andrade nace en Castro, 1957. Ingresa a la carrera de Pedagogía en Castellano y Filosofía en la Universidad Austral de Chile. Entre marzo de 1981 y junio de 1989, permanece como prisionero político del régimen de Pinochet en Valdivia, Osorno, Puerto Montt y Castro. Fue director del periódico "La Gaceta de Chiloé", en 1990. En 1987 publica su poemario "Barrotes de Poesía". Desde ese año, es Miembro Honorario de la Sociedad de Escritores de Chile. En 1991 retorna a Valdivia, donde fue co - fundador, integrante y dirigente de la Sociedad de Escritores de Valdivia, en 1997.

Ha generado importantes espacios para escritores regionales como llevar a sus iguales valdivianos al Primer Encuentro de Escritores y talleristas, realizado en Quemchi y de donde emanó la decisión de que escritores valdivianos tuviesen bajo su responsabilidad Ediciones Pudú, que ya ha publicado cuatro títulos vía concurso regional.

Integró, fugazmente, el Taller Literario "Aumen" (el eco de la montaña) en Castro. Ha participado en diversos encuentros y lecturas (Valdivia, Castro, Quemchi, Osorno, Trelew, Villa Longa en Bahía Blanca) y ferias del libro en Castro, Osorno, Valdivia y Santiago. Recientemente, en mayo de 2001 vuelve a Trelew invitado a las "Conversaciones de Otoño" - Poesía en Patagonia.

Organizó junto al poeta Mauricio Henríquez, el viaje de escritores a Trelew al Primer Encuentro Cultural Sur de Mundo, en 1999.

Realizador, junto a Rubén González, del 2º Encuentro Cultural Sur de Mundo, Valdivia 6 y al 12 de noviembre de 2000 con 80 artistas de Valdivia a Punta Arenas y de Neuquén a Tierra del Fuego. De este encuentro resultó la Revista "Abrazo Austral", obra de su responsabilidad que incorpora en sus cien páginas tamaño carta las ponencias y una antología poética de los escritores participantes. También contiene fotos y una relación periodística de la prensa argentina acerca del evento.

En 1987 publicó "Barrotes de Poesía", con el cuidado editorial de Renato Cárdenas, Marcos Uribe y Omar Lara y el auspicio de la Comisión Chilena de Derechos Humanos de Castro. Su poemario fue leído y comentado en Inglaterra, Noruega, Suecia, Venezuela, Cuba y decenas de países donde hubiera chilenos exiliados. Esto le valió centenares de visitas de América y Europa. La prensa chilena alternativa de la época, dedicó algunos conceptos a dicho trabajo.

Dejó de escribir desde 1990 hasta 1997, donde es motivado por Bruno Serrano a retomar el camino de las letras en reiteradas ocasiones. Tiene material preparado para publicar en "Cuarto de Invitados" y un cuerpo de "Poemas de Amor".

Luego de concurrir al "3er. Encuentro de Culturas del Sur del Mundo" - Trelew, Noviembre de 2001, ahora se aboca a diseñar el "4to. Encuentro de Culturas del Sur del Mundo", para lo que ha recibido el total e incondicional respaldo del Departamento de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile.

Comenzar a diseñar el cuarto (noviembre de 2002) de estos encuentros (para lo cual están las propuestas concretas de Castro, Osorno y Valdivia), en dimensiones ya más importante para las diversas expresiones artísticas. Para ello, necesitará el apoyo de instituciones públicas y privadas, empresas y personas.

Desde el 28 de abril de 2001, es socio fundador de la Corporación Patagonia, entidad que firmó un convenio con la Universidad Arcis para crear la UNIVERSIDAD ARCIS - PATAGONIA en Chiloé.

Actualmente, se encuentra trabajando proyectos audiovisuales. Las actividades de integración cultural entre Chile y Argentina, así como el trabajo escritural y audiovisual, han sido posible gracias a la comprensión de su familia, constituida por tres hermosas mujeres, por quienes dedica todo su quehacer.

En lo sucesivo, acá se irán incorporando vínculos a páginas de artistas del sur que se interesen en emprender la divulgación de sus trabajos en cada una de las áreas arriba presentadas.

De Matteo Sergio








“Semillas”

Sólo desnuda da sombra la flor
Roberto Juarroz


I
Enciende el fuego
enciéndelo,
encendidos todos los fuegos
repártelo;
pero al fuego
de los fuegos,
protégelo.


II
Entrar a la noche
para desnudar a la flor;
con ambas manos
destejer los hilos de su cuerpo.
Y en el crepúsculo
renacer desde la sombra
ante la flor desnuda.


III
A cada paso que das en el mundo
arriesgas tu luz, pero no toda tu luz.
Aunque a veces cruzas los puentes
y haces equilibrio en los andamios,
sabes que acechan siempre las sombras.
A pesar de todo, das pasos en el mundo.


IV
un hombre sostiene en sus manos
dos corazones
como si fueran pájaros
desafiando al viento

ese hombre rastrea pulsaciones de luz

tiembla sobre sus piernas

se socava y nombra

canciona


V
una mujer cautiva a un hombre
y lo sostiene como si fuera una rama
lidiando contra el tiempo

esa mujer apaga incendios

su beso es el paraíso


VI
la distancia
entre ambos resplandece

se cierra
para ocultar la sombra

quiebran la luz

una noche de amor puede ser infinita

a Casiana


“El silencio del agua estanca”

Ya el horizonte se deshace, la piedra
arrojada al agua abandona su centro perfecto,
su onda constante y majestuosa;
yace en el fondo, horadando el instante.


el silencio de la arena de la playa que contiene el agua estanca
el silencio de la piedra que descansa sobre la arena de la playa que contiene el agua estanca
el silencio que sostiene el propio silencio en el profundo silencio
un hombre que se acerca en silencio hacia el agua estanca
un hombre que se sienta en la arena de la playa que contiene el agua estanca
un hombre que toma la piedra que descansaba sobre la arena de la playa que contiene aún
[el agua estanca
el hombre que en algún momento estuvo en silencio no puede soportar los sonidos del silencio
el hombre hace ruido con su pensamiento hace ruido con sus manos hace mucho más ruido
[con sus recuerdos
el hombre y los alrededores ya no se hallan en la calma del silencio primordial
el silencio no habita ni puede habitar en un hombre que desea
el silencio es ultrajado por la respiración del hombre que no puede abandonar su mundo pleno
[de resonancias
el hombre no tiene paciencia juega en la mano con la piedra que descansaba sobre la arena
[en la playa que contiene el agua estanca
el hombre se pone de pie mira a la distancia alejándose de sí mismo porque le teme a su
[propio fantasma
el hombre estira la mano en la que lleva la piedra recogida hace un instante cuando quería
[descansar del eco urbano
el hombre realiza un esfuerzo y arroja la piedra hacia el agua estanca rompe el aire rompe
[el silencio rompe el soplo de meditación
el hombre observa el impacto de la piedra en el agua que estaba estanca se regocija
[por su potencia y puntería por el estallido que deviene en los círculos que se expanden
[como la historia de todos los hombres que han venido a este lugar a buscarse
[y huyeron asustados al verse en el descarnado reflejo que les devolvía el agua
[estanca
el hombre que podría ser cualquier hombre que esté entre nosotros da vuelta su espalda al agua
[pisa sobre la arena de la playa que contenía el agua estanca y deja
[el presente caerse en el tiempo pasado
el hombre se marcha y retorna la soledad a este lar que permanecerá en silencio hasta otro advenimiento
[para repetir la misma jornada en donde habrá otro hombre que tomará
[otra piedra sobre la arena de la playa que contiene ahora una piedra hundida
[en el caudal arremolinado de lo que era el agua estanca
una piedra que pulsa como un corazón delator en el agudo silencio del universo


a Gabo Ferro
y Debrik Ankudovich



“Polvareda en las bardas”


Jornada que prolonga su duración sobre la tierra polvorienta.
Cielo más que amplio y más que recto:
vastas horas de lumbre en el horizonte de la pampa.

Nubes, pájaros y humos surcan por el firmamento,
son como sombras que van ocultando antiguos astros;
y en su viaje señalan rumbos, anuncian profecías,
tal si fueran dioses convocados, piedras solares.

El paisaje insinúa con decir algo; quizás musitar la clave del universo.
En la lejanía, caballos redomones, caldenes persuasivos.
En la siesta todo evoluciona morosamente.
Sobre la espalda del médano reposa el matuasto original.

Mientras tanto un ánima le rinde cuentas a la memoria:
camina el paisano espectral por las bardas,
el poncho al viento, la alforja repleta de papeles:
descubre colores, intuye sonidos, escribe, puntea melodías,
cantares consumiéndose como una hoguera taciturna.

Un rostro trasciende el espejo, curtido, pero sin mácula,
con signos en la arena ha conjurado todos sus pecados.
El laberinto, el pueblo o el sueño persiguen a cada uno de los hombres.
Aunque la bicicleta ha perdido al conductor continúa rodando
por las calles; giros y giros por el único eje del tiempo.

Fotografías en blanco y negro: a modo de anclaje del recuerdo.
Un manojo de flores secas, de hojas marchitas,
fue dejando el andariego en la puerta de sus amadas;
besos y señas que fundaron una estirpe,
allá y acá esa mirada vencida por la ceguera.

Pero no hay noche que lo apague, no hay vino que lo duerma,
porque la guitarra afinada con el temple del diablo
no se cansa de reiterar acordes bardinos.

El agua del río está casi quieta, opaca, muerta…

Polvareda en las bardas, Julio, sólo polvareda con tu huella
de regreso a la infancia.


a Julio Domínguez, in memoriam


Sergio De Matteo, nace en Santa Rosa (La Pampa) en 1969. Durante 1992 conduce con Jorge Ferrari y Rubén Ferradás el ciclo radial de divulgación literaria En busca del tiempo perdido. En 1996 anima junto a Marcelo Aromando el programa de difusión cultural Música de cañerías. Ha publicado las plaquetas Soles violentos (1995); Absurdo / Absoluto (1996); y los libros Ozono (1997); Criatura de mediación (2005); El prójimo: pieza maestra de mi universo (FEP, 2006). Miembro fundador del colectivo artístico "Patria de arena" y del "Grupo de la neurona poseída" para realizar trabajos de intervención cultural. Es editor de la revista: Che, Artes y Culturas en Abya Yala, rebautizada Museo Salvaje (2001). Organiza en 1999 y 2000 el 1° y 2° Encuentro Interregional de Productores Culturales. Dirige la editorial Museo Salvaje Ediciones. Colabora con investigaciones, antologías y revistas y sitios web del país y extranjeras. Libros inéditos: Barqueros (poesía, 1997-2002); Canto errante (poesía, 2003); Estar fuera de casa (poesía; —fotografías de Paz Garrido—, 2004); Morder el polvo (poesía, 2005); La luz de las águilas (poesía, 2006); Estatua de sal (poesía, 2006); Los tigres de la ira (cuentos, 1997-2004); La acusación de la incertidumbre (nouvelle, 1999-2006). Investigaciones en proceso: Jorge Luis Borges en La Pampa; Ensayo sobre poesía patagónica; Ensayo sobre literatura pampeana; Muestra de poesía «patagónica-argentina», junto al editor Andrés Kurfirst; Antología poética argentina, junto al profesor Jorge Warley; Publicaciones en torno a la poesía de J. C. Bustriazo Ortiz.

Negrón Sara Alejandra




Fantasma

El brazo del carcelero
acalló sus lamentos,
grita en garabatos
de llantos escritos.

Ahogados alaridos
petrificadas angustias,
constantes delirios,
promesas de perdones vacíos.

Oscuros dolores marcan su cuerpo,
quebrada el alma,
duerme con quién la ultraja.

Migajas de lo hubiera sido
hoy tan sólo es “Un Fantasma”.


Los rostros

Despertó demasiado tarde o demasiado pronto.
Lo primero que sintió fue el peso del cuerpo sobre ella, luego la oleada del nauseabundo olor del alcohol mezclado con otras hierbas.
No tenía idea de dónde se encontraba pero el cuerpo que empujaba el suyo penetrándola brutalmente no se detenía y comprendió de inmediato lo que estaba sucediendo.
Una gota de sudor cayó dentro de su ojo izquierdo y automáticamente en un reflejo involuntario cerró los dos. Así se quedó, no quería ver el rostro de aquel que apretaba tanto su pecho que casi no la dejaba respirar.
Pronto definió voces a lo lejos, parecían provenir de la habitación de al lado. El cuerpo del agresor la liberó, lo escuchó caminar, supuso que hacia la salida y cerrar la puerta tras de él.
Escuchó a las voces que lo vitoreaban, como si el muy crápula hubiera realizado una proeza.
Continuó con los ojos cerrados no se atrevía a abrirlos, quería pensar que se trataba de una cruel y horroroso pesadilla, pero volvió a oír la puerta abrirse y tuvo que enfrentar la realidad.
Este la volteó boca abajo y el torso sobre la cama y de la cintura hacia abajo colgando hacia el suelo, pretendiendo que ella se sostuviera con las rodillas.
Ebrio e intoxicado no logró que su cuerpo le respondiera y luego de un par de intentos se dió por vencido, se paró, la tomó del cabello tirando su cabeza hacia atrás, mirándola a la cara, luego la soltó y antes de alejarse la pateó como si ella fuera un animal.
Salió de la habitación anunciándoles a los demás que ella ya no servía, dijo que prácticamente estaba muerta.
Ella sintió un líquido caliente que comenzó a correr entre sus piernas y supo en ese momento que todos y tal vez varias veces habían estado dentro de ella, lastimándola.
Esperó unos minutos y comenzó a abrir los ojos, miró hacia la puerta. Sabía que aunque quisiera escapar, por allí era imposible, recorrió con la mirada el resto de la habitación en busca de otra salida, o aunque más no fuera un baño donde pudiera asearse de toda esa vergüenza, de esa costra que sentía sobre su cuerpo, una interminable mezcla de sudores ajenos que solo traian a su mente imágenes de lo seguramente habían hecho con ella, todos esos que se hacían llamar hombres.
Por fin halló otra puerta, seguro era el baño, pensó. Su cuerpo adolorido, débil no le respondía, luego de varios intentos fallidos pudo bajar de la cama.
Se arrastró centímetro a centímetro hacia esa puerta, tomó el picaporte con las dos manos y se colgó de él para que el peso de su cuerpo la abriera. Se abrió.
No era el baño sino tan solo el armario. Se le agolparon todos los sentimientos en el pecho, una lágrima rodó por su mejilla, olvidando el dolor de su cuerpo y en un acto de desesperación azotó la puerta con ira.
Inmediatamente las voces del cuarto contiguo se alborotaron, sabía que se acercaban, se acuclilló, solo podía pensar en que no quería ver sus rostros, apoyó su trasero desnudo en la pared y sintió en su espalda el frío cristal de la ventana.
En ningún momento sacó la mirada de la puerta, sabía que entrarían. El picaporte se movió hacia abajo ella se inclinó hacia delante y hacia atrás con todas sus fuerza rompió la ventana.
La caída le pareció lenta ,casi como un vuelo, al llegar al suelo supo que parte de su cuerpo estaba sobre césped, pero parte de ella había aterrizado suavemente sobre la vereda. En ningún instante pudo dejar de pensar en que no quería ver esos rostros, aliviada de haber logrado lo que pretendía sintió cansancio, olvidó el dolor y se introdujo plácidamente a un sueño reparador, con los ojos bien abiertos.



Absorto en su arte

Detrás de los alaridos
admiraba su azote constante,
absorto por la genialidad
de su crueldad infinita.

Abriendo franjas, largas,
finas, tersas, intensas,
rojas carmesí corría lenta
y suave sangre caliente.

Destellos de ira
pestañaban en su mirada
atravesando su cordura
llegando a la locura.

En la comisura de sus labios
se desprendía su inmensa sonrrisa
sus latidos, eran alaridos de placer,
gozo y desenfreno cruel.

Su gemir eran melodías a sus oídos
el crujir de huesos mecía su cansancio,
pintando de azul morado
el cuerpo inanimado de su víctima
escribía en el suelo su pobre vida,
para él, sólo su juguete preferido.

Sara Alejandra Negrón nace en Río Gallegos hace 34 años, un 30 de septiembre de 1974. Actualmente reside en la Localidad de Perito Moreno, donde integra el Colectivo Cultural Crearte, junto con otros artistas de la localidad, su poema, "absorto en su arte" le valió el primer premio del concurso Letras del Valle de la localidad de Perito Moreno