miércoles, 26 de agosto de 2009

Minieri Ramón



País de la Sal

Este
es el país de la Sal
el país de la sed

La sed
es un árbol sin párpados
de cornamenta blanca

Y del árbol de la sed
crecen
las varas de los rabdomantes

varas enhiestas
que despiertan manantiales
cuando piafan.

Este
es el país de la Sal

el comienzo
del comienzo de todas las aguas.


Mar Interior
1


Este mar
es de olvido -

repite cielos momentáneos
pero
silencia ruinas
pueblos inundados.



Aquí los ríos llegan cantando
como las cuerdas a la boca de una guitarra viva;

Aquí los ríos cesan
como los hilos de un telar que se detuvo;

Aquí
enclaustrada
el agua se libera
imaginando fábulas de nubes.


2


Este mar
no prosigue

baraja

edades desbordadas
tiempos de ancho retiro,
detenciones:

ahora
en el salón del Gran Hotel
charlan
las olas y los vencejos.


3

(En este cuarto durmió Perón
me dicen:

estas habitaciones
blancas frente a la Mar
murieron vírgenes:

nunca las conocieron
los fatigados generales nazis.)


Una última lámpara
arde una noche más

mientras las aguas
comienzan y comienzan.

Gran Salitral del Gualicho

Cuarenta leguas de cristal
un mar antiguo
cifrado por milenios de alambique

refulge el salitral
el relicario

sin sombra
sin un río
puberal -
ni promesa ni descuido.

Aquí la única palabra es el viento.

Y cuando el viento proclama un jubileo
de lluvia
es sólo un día:

víspera del barranco
del derrumbe
que hace aflorar un dinosaurio en ancas

y el cielo se lo monta.

Historia de la blancura

Vi el salar desde el aire,
es como un velo
de muselina rosa;

lo pueblan
me dijeron
diminutos crustáceos carmesíes:

por eso
en el salar aprenden su color
los flamencos.


Y vi las parvas
al amor del tiempo

donde la sal
las lluvias la desnudan,
el sol la abrasa con su abrazo.


Rosa
última de las eras
del planeta
del agua
de la tierra
de lo amargo

la sal
no nació blanca
no nació suave

sino aprendió
en perderes.

Última Sal

La sal
respira
y su aire

abre flores de cáncer morado
en el acero de las máquinas;

la sal
derruye su postrimería,
la torre de la tolva de molienda;

la sal horada los galpones de chapa
sin tocarlos,

seca tus venas,
sisa
las monedas de lata del emporio.


La sal
carcome a sus obreros:

ciegos y tísicos
añoran la salina,
sus muslos cada día socavados,
sus muslos duramente vírgenes cada día.


Calfucurá
o Anzoátegui
o cualquiera

la sal
cabalga el aire
y derroca sus propios imperios;

la sal
ultima a quienes la poseen.



Poeta y ensayista; vive en Río Colorado (provincia de Río Negro, Patagonia, Argentina). A publicado tres libros de poesía: Fábulas de Mutación (1988), Libro del Otro Reino (1982), Libro de los Últimos Días (1991). Están por editarse otros dos: País de la Sal (2006), y Las Piedras, el Agua (2008). También a publicado ensayos sobre temas históricos: Angela Carranza, sin culpa y sin cargo (Todo es Historia, 2003); Ese Ajeno Sur (historia de un dominio inglés de un millón de hectáreas en la Patagonia, Viedma, Fondo Editorial Rionegrino, 2006) y otros relacionados con los olvidos construidos en la historia argentina. Realicé trabajos de historia oral con pobladores de las sierras y vecinos de la ciudad de Córdoba. Actualmente está escribiendo poesías y estudiando temas relacionados con los mitos y los símbolos en la historia.

5 comentarios:

maritza dijo...

qué poeta!!! cuando esto me sucede, me quedo con un gustito a poco; si tuviera su libro lo devoraria de una sola leída y volveria a sus textos una y otra vez. Una poesia que hace estallar poesia (inspiradora). Con esto, hoy es un buen dia.

macadamia dijo...

asi es, a mí tambien me impactó y mucho, tengo el libro entero (inédito) por gentileza del buen amigo german arens, que colaboró con el proyecto enviando esto, así que te lo hago llegar enana, por buena que soy (ja ja)

maritza dijo...

gracias clauuu....que bueno este circuito de intercambio.

Anónimo dijo...

qué poesía! Me encandiló!
Macky

Anónimo dijo...

Me gustó, quiero tener el libro y tratar de hablar con Ramón. ¿me pueden orientar còmo contactarme con este autor Argentino? Gracias
Diego