De “Ultimo paisaje”
frío y masculino corazón
el tiempo, ese novio
masculino y enfermo que tengo,
rondaba la casa esta mañana.
me esperaba en la vereda de enfrente
husmea sobre mi hombro esto que escribo
estoy sorbiéndome en este desayuno
que mi enamorado mantiene
caliente para mí.
yo ando silencioso por estos días,
acaso presintiendo esta nevisca
desordenando poemas por la casa, y el tiempo
-ese novio masculino y enfermo que tengo-
se queda allí de pie, mirándome y discreto
como un mucamo arrepentido.
hollejos de tristeza
De la tela con que se hacen los sueños
vestí ayer mi último hijo.
llamé su nombre para que despertara a este día
infructuoso,
lavé sus manos y su cara, peiné su hambre,
lo eché descalzo sobre la piel agreste de mi patio.
Va mi hijo así vestido y yo desnudo de sueños y
harapos
vuelvo a contemplar el hollejo ennegrecido de una
tristeza.
Me mira allí difusa junto al cajón de frutos vacío.
Poco hay para apenarse en esta casa silenciosa.
ancla salobre
Dejo el ancla a un costado.
No hay puertos donde abunda este tierral y los barcos
me flotan intrusos de este viaje.
Llevo tantos agujeros en mis pupilas
que este medio miedo acechaba
sobre mi espalda.
Dejo el ancla, la herrumbre
y el metal,
dejo un recuerdo del agua que me trae
esta arena, este olor
a lejos que tiene el viento.
Va de otros esta turbulencia
y me sorprende el vendaval en pleno frontal estepario
Es de otros el poema
y otra mano levanta rastros en mi cara.
Las mías,
mis manos,
vuelven a puerto
con sus redes salobres, con sus abrazos
recogidos como después de la jornada.
Vuelven mis manos a casa
y en la playa de olvidos se queda una mujer esperando
viuda del mar que llevo sobre estos pasos
andados entre piedra
milagros
Cuando supiera ser aspa
hélice de apenas papel
nada más un sueño aerodinámico
se anudarán de mí todos los vientos
aires en masa
que no sabrán agitarme
Cuando supiera ser espina
advertencia feroz de toda rosa
afilada milésima que preanuncia el dolor
regresarán en mí todas las heridas
cicatrices memoriosas
que no sabrán sufrirme
Cuando supiera ser milagro
ilusión del credo
malversación divina del ruego
leudarán a mí todos los panes
y nadarán sobre mí todos los peces
pero ya no habrá multitud a quien ofrecerlos.
pan de luces
Muerda pan la palabra,
muerda el hambre su silencio,
muerda el ojo pan de luces,
muerda dientes la poesía,
Apriete lenguas,
erice polvos,
albergue culpas.
Llegarán fermentos
del pan a pudrir el tiempo,
Llegarán gritos al hambre,
Cegarán luces cada ojo,
Habrá poesía desdentada,
lenguas óseas,
aplacando polvos.
Siempre quedará siempre
una culpa a cielo abierto.
Nació en Montevideo, Uruguay, en 1961.Vive en Esquel desde 1992. tras ejercer el periodismo durante 21 años, actualmente desarrolla proyectos de comunicación audiovisual e institucional.Publicó "ültimo Paisaje" (2006, Fondo Editorial del Chubut); "Memoria del Humo", Historias de Vida en Lago Rosario (1999, INAI-Municipalidad de Trevelin). Es coautor de tres libros de historia regional: "1902 - El protagonismo de los colonos galeses en la frontera argentino chilena" (2002, Municipalidad de Trevelin); "Trevelin, un pueblo en los tiempos del Molino" (2002, Municipalidad de Trevelin-CFI); "Imágenes de la Cordillera" Album històrico-fotográfico (2006, Municipalidad de Trevelin-CFI).Particpó de las antologías de "El Arca de Papel" (Esquel, 2002, Edición de los autores); "Imágenes Furtivas" (Esquel, 1995, Elsa Llera Editora).Representó a Esquel en diversos certámenes como jurado y también en el Festival Internacional de Poesía (Buenos Aires 1999).Actualmente coordina los talleres literarios de la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Esquel.
frío y masculino corazón
el tiempo, ese novio
masculino y enfermo que tengo,
rondaba la casa esta mañana.
me esperaba en la vereda de enfrente
husmea sobre mi hombro esto que escribo
estoy sorbiéndome en este desayuno
que mi enamorado mantiene
caliente para mí.
yo ando silencioso por estos días,
acaso presintiendo esta nevisca
desordenando poemas por la casa, y el tiempo
-ese novio masculino y enfermo que tengo-
se queda allí de pie, mirándome y discreto
como un mucamo arrepentido.
hollejos de tristeza
De la tela con que se hacen los sueños
vestí ayer mi último hijo.
llamé su nombre para que despertara a este día
infructuoso,
lavé sus manos y su cara, peiné su hambre,
lo eché descalzo sobre la piel agreste de mi patio.
Va mi hijo así vestido y yo desnudo de sueños y
harapos
vuelvo a contemplar el hollejo ennegrecido de una
tristeza.
Me mira allí difusa junto al cajón de frutos vacío.
Poco hay para apenarse en esta casa silenciosa.
ancla salobre
Dejo el ancla a un costado.
No hay puertos donde abunda este tierral y los barcos
me flotan intrusos de este viaje.
Llevo tantos agujeros en mis pupilas
que este medio miedo acechaba
sobre mi espalda.
Dejo el ancla, la herrumbre
y el metal,
dejo un recuerdo del agua que me trae
esta arena, este olor
a lejos que tiene el viento.
Va de otros esta turbulencia
y me sorprende el vendaval en pleno frontal estepario
Es de otros el poema
y otra mano levanta rastros en mi cara.
Las mías,
mis manos,
vuelven a puerto
con sus redes salobres, con sus abrazos
recogidos como después de la jornada.
Vuelven mis manos a casa
y en la playa de olvidos se queda una mujer esperando
viuda del mar que llevo sobre estos pasos
andados entre piedra
milagros
Cuando supiera ser aspa
hélice de apenas papel
nada más un sueño aerodinámico
se anudarán de mí todos los vientos
aires en masa
que no sabrán agitarme
Cuando supiera ser espina
advertencia feroz de toda rosa
afilada milésima que preanuncia el dolor
regresarán en mí todas las heridas
cicatrices memoriosas
que no sabrán sufrirme
Cuando supiera ser milagro
ilusión del credo
malversación divina del ruego
leudarán a mí todos los panes
y nadarán sobre mí todos los peces
pero ya no habrá multitud a quien ofrecerlos.
pan de luces
Muerda pan la palabra,
muerda el hambre su silencio,
muerda el ojo pan de luces,
muerda dientes la poesía,
Apriete lenguas,
erice polvos,
albergue culpas.
Llegarán fermentos
del pan a pudrir el tiempo,
Llegarán gritos al hambre,
Cegarán luces cada ojo,
Habrá poesía desdentada,
lenguas óseas,
aplacando polvos.
Siempre quedará siempre
una culpa a cielo abierto.
Nació en Montevideo, Uruguay, en 1961.Vive en Esquel desde 1992. tras ejercer el periodismo durante 21 años, actualmente desarrolla proyectos de comunicación audiovisual e institucional.Publicó "ültimo Paisaje" (2006, Fondo Editorial del Chubut); "Memoria del Humo", Historias de Vida en Lago Rosario (1999, INAI-Municipalidad de Trevelin). Es coautor de tres libros de historia regional: "1902 - El protagonismo de los colonos galeses en la frontera argentino chilena" (2002, Municipalidad de Trevelin); "Trevelin, un pueblo en los tiempos del Molino" (2002, Municipalidad de Trevelin-CFI); "Imágenes de la Cordillera" Album històrico-fotográfico (2006, Municipalidad de Trevelin-CFI).Particpó de las antologías de "El Arca de Papel" (Esquel, 2002, Edición de los autores); "Imágenes Furtivas" (Esquel, 1995, Elsa Llera Editora).Representó a Esquel en diversos certámenes como jurado y también en el Festival Internacional de Poesía (Buenos Aires 1999).Actualmente coordina los talleres literarios de la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Esquel.
Lecturas que me pueden:
Roberto Juarroz
Jorge Spíndola
Cristian Aliaga
Oliverio Girondo
Felisberto Hernández
Anne Sexton
Erskine Calwell
Octavio Paz
Alejandra Pizarnik
Leónidas Escudero
Jorge Teillier
Juan Carlos Onetti
Dino Burelli
Juan Filloy
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