XI
Hacía falta que Dios
te pusiera ahí
para que te viera
y te amara.
Hacía falta que tu Dios
me pusiera ante vos
para que me miraras.
Hacía falta que tu mirada
me salvara
de la desolación
del frío
de la distancia.
Ahora nada nos falta.
XXI
Siempre
el galope afiebrado
del corazón sintiendo,
de la piel esperando,
de la boca buscando
el beso y la palabra.
¿Por qué creo que es el amor
el que sacude mi letargo?
Si no basta una mirada
ni el más fino estremecimiento
ni la más dulce palabra
susurrada al oído
una noche,
robada al silencio,
pronunciada
-preanunciada-
para decir que es eso
lo que tengo.
XXIII
Todos bebimos una gota
de lluvia
y saboreamos
un único beso
y nos abandonamos
a un cálido abrazo
y una noche soñamos
que volábamos
y luego despertamos.
Todos alguna vez
fuimos un sueño
soñado por otro.
XXV
La distancia se come
mi amor
lo derrite
lo desdibuja
era de niebla
y lo hace de agua
lo funde con la tierra
lo sepulta y
lo atrapa.
Mi amor, solo,
no se salva.
Hace falta que tu amor
como un imán
lo atraiga.
XXVI
Cuando empieces
a olvidar mi rostro
y mi voz –su sonido-
y tu piel olvide el roce
de mi piel
y tu boca no recuerde
mis besos,
entonces llámame
por mi nombre
transmígrate en un sueño
recupérame
de a pedacitos
como un rompecabezas.
Ármame otra vez.
Del libro inédito “Escrito desde la lluvia”
SOLO UN TIEMPO
Amanecer doliendo el lunes
en los huesos
en la piel y en el alma,
amanecer doliendo
cada día de la semana,
sin querer que transcurran
las horas, los minutos,
sin querer levantarse de la cama.
Amanecer sin ganas
deseando
que el reloj se detenga
por un lapso de tiempo
sin espacio ni abismo,
un tiempo regalado
sin que se llame muerte.
Solo un paréntesis en lo claro del día,
en lo negro del anochecer,
en la alborada.
Un espacio de tiempo
en que se estanque
el agua de la vida,
en que los vientos
no azoten nuestras velas,
en que todo sea calma,
que no levemos ni lancemos el ancla.
Sólo un tiempo pedimos
en que nada nos hiera o nos perturbe,
en que nada entristezca nuestra cara,
que no nos duela nada…
ni los huesos… ni el alma.
Del libro “TODO PASA” - poesías - editado en abril 2006 por la Municipalidad de Río Gallegos
ESOS OJOS
“No puede olvidar la mirada de esos hermosos ojos negros. Ahora los tiene frente a ella, fijos, velados, inmóviles. La tan inoportuna muerte ha alcanzado al joven guerrillero a los treinta y nueve años, y ha transformado a ese ser terriblemente bello en la fiel imagen que debió tener el propio Cristo crucificado.
Pese a todo, el rostro del hombre no refleja dolor, miedo ni odio, sólo una intensa y serena paz. Como si solo esa muerte, este final y no otro, fuera el corolario de tanto gesto heroico, de tanto ideal hecho corazón. Está allí, indefenso, desnudo el torso, los brazos caídos a ambos lados del cuerpo que yace en la fría mesa de cemento. Un fotógrafo lo rodea inmortalizándolo para siempre en imágenes –que entonces nadie sospecha- recorrerán el mundo y ayudarán a acrecentar el mito, la leyenda.”
EXTRACTO DEL LIBRO “EL FANTASMA DE CABO VIRGENES Y OTROS CUENTOS” editado en noviembre de 2005 por la Municipalidad de Río Gallegos
ANILLOS SOBRE EL LAGO
“La noche estaba muy oscura. Claudia escuchó los ladridos de su perro y se acercó curiosa a la ventana de su cuarto. Quedó boquiabierta. Ante sus ojos, muy alto en el cielo, muchísimos pequeños anillos fosforescentes, translúcidos, avanzaban muy lentamente de Este a Oeste. Eran como pequeñas nubes redondas, huecas y perfectas. Perfectos anillos en el cielo, de un diámetro incierto.
Bajó las escaleras sigilosamente. Sus padres miraban la tele en la sala. Salió a escondidas seguida de su cachorro y se sentó en la punta del viejo muelle de madera, mojando sus pies en el agua cálida. Los anillos permanecían inmóviles sobre la superficie, emanando una luz lunar sobre las quietas aguas, dibujando estrellitas danzarinas y dándole un tinte mágico a los botecitos atracados en el
muelle.”
EXTRACTO DEL LIBRO “HECHIZO DE TIERRA” – cuentos infantiles - Edición de autor - CREATIVA DIGITAL -mayo 2008
DE MI: Nací en Pto. Natales, Chile, lugar en donde solo viví los primeros quince años de mi vida, pero al que vuelvo siempre gracias a la cercanía de la frontera. Tengo el corazón dividido en dos, me siento de aquí y de allá. Empecé a escribir en el año 2000. He publicado tres libros y en diversas antologías. En 2006 y 2008 fui seleccionada en el programa Chile con Mis ojos, organizado por la Televisión Nacional de Chile señal internacional.
Admiro profundamente a Jaime Sabines, Gioconda Belli, Rosa Montero, Mario Vargas Llosa y Violeta Parra.
Recomiendo conocer la obra de Marina Pacheco Ruiz, Soledad Davies, Silvina Visone, Luis Milton Ibarra Philemon, Norhy Fueyo, Eliana Arteaga, Sergio Neira Muñoz, Darío Mosso, Jorge Curinao y Patricia Jiménez.
4 comentarios:
Me alegra que haya aparecido Maldini; desde hace un tiempito escucho sobre su escritura pero hasta ahora no había tenido oportunidad de leerla. Me gusta lo que hace, buena conjunción entre el motivo amoroso y la filosofía vital de lo cotidiano, sin caer en lo meloso ni en el trillado y lastimero despecho por el abandono (aviso: al igual que con la poesía de Mellado, voy a robarle a esta chica un par de versos que me gustaron mucho, como “amanecer doliendo el lunes / en los huesos” o “recupérame / de a pedacitos / como un rompecabezas. / Ármame otra vez.”). Los versos mantienen una cadencia suave, la selección de imágenes y figuras es delicada y ayudan a ese ritmo. Agendo el nombre para mis próximas lecturas de verano.
¡Grande, Ceci! Me alegro por los pasos importantes que estás dando en este camino de la literatura, (¿será patagónica o no?). No importa.
Lo que sí interesa es que tu trabajo es constante y de crecimiento.
Deseo sigas teniendo éxitos!
Tu amiga Cristina Núñez
A golpe de verso se va abriendo paso en las letras australes, esta poeta que dice como desgarrándose la entraña.
La conozco de potrilla y la he visto crecer y no me canso de releer sus páginas.
Amores y desamores. Bien valen la pena, al menos, un par de versos.
Gracias a todas por sus comentarios.
Ayudan.
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